LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

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5.10.14


   El Día de la Expiación es un día de alegría

Yom Kippur, el Día de la Expiación, es un estado donde el Kli (deseo) que necesitamos corregir se revela. Rabash escribe en muchos artículos que una persona llega al Día De Expiación de acuerdo a su estado interno, que puede ser revelado sin ninguna conexión con el comienzo del día festivo de acuerdo al calendario.
Cada uno de nosotros atraviesa esos estados en nuestro desarrollo, incluyendo ascensos llamados Rosh Hashana (el Año Nuevo), Yom Kippur (el Día De Expiación) y otros. Yom Kippur es un estado muy elevado. Una gran Luz tiene que influirnos para revelar este estado en nosotros y toda una secuencia de acciones es requerida. Una persona debe hacer grandes esfuerzos dentro del grupo, en nuestra unificación, donde ocurrió la ruptura. El lugar de la ruptura se nos entrega para que podamos corregirlo. Entonces entenderemos a qué se le llama corrección, cuál es la estructura de este lugar, y cómo la Fuerza Superior lo creó y lo continúa sosteniendo. Como resultado, descubrimos al Creador.
Con el fin de lograr esto, hacemos esfuerzos de acuerdo a la principal regla en la Torá, “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Como los Cabalistas nos aconsejan, primero lo realizamos en uno o varios pequeños grupos antes que en toda la humanidad, ya que eso sería imposible. Al tratar de realizar esta regla en la unificación entre nosotros de acuerdo al método de los Cabalistas, vamos del amor por los seres creados al amor por el Creador y descubrimos hasta qué punto no estamos en la cualidad de amor y otorgamiento.
No estamos hablando de la vida en este mundo y de cuán bien o mal nos sentimos. No nos cercioramos del bien y el mal de acuerdo a esto, no llegamos al Día de la Expiación de esta manera. Sólo al estar en un grupo, aspirando a la conexión entre nosotros, y despertando la Luz que Reforma, llego a ver cuán consumido estoy por el odio y el rechazo con respecto a mis amigos, que están tratando de unirse para revelar el Creador dentro del grupo.
Yo revelo la fuerza de separación, la fuerza de la ruptura en mí, y sólo en relación a esta fuerza puedo decir que he revelado el mal. Entonces, con este mal, puedo venir con el Creador y exigir de Él la corrección. El Día de la Expiación entonces se convierte en un día de alegría porque revelo la enfermedad del egoísmo, mi propia naturaleza que necesita ser corregida. Revelo la condición, “Yo cree el egoísmo,” y ahora puedo pedirle al Creador la Torá, que es la fuerza para corregirlo. Está escrito, “Creé el egoísmo y creé la Torá para su corrección porque la Luz tiene lo regresa a uno a la Fuente” (al Creador).
Primero tenemos que trabajar muy duro por la unificación  entre nosotros, y entonces la Luz Superior brilla sobre nosotros desde el nivel de ELUL (que viene de “Yo pertenezco a mi Amado y mi Amado me pertenece“). Entonces llegamos a Rosh Hashana, un estado donde deseamos un nuevo comienzo, nuevos cambios en el camino, unidad entre nosotros, el nacimiento de un nuevo sistema o un nuevo ser humano (Adam) en nosotros. Y sólo después de atravesar por todo esto llegamos a un estado donde revisamos todas nuestras diez cualidades. En el décimo día después del Año Nuevo, que marcó el comienzo de un nuevo camino, llegamos al Día de Expiación.
En ese punto, por un parte estamos verdaderamente en un estado de completa desesperación y falta de fuerza, y por otra parte experimentamos una gran alegría porque finalmente podemos clamar hacia el Creador pidiéndole que nos ayude con la completa confianza de que nos ayudará. Tenemos esta confianza porque ya nos hemos revisado y hemos llegado a la conciencia de que todos habitamos sólo en el mal, incapaces de hacer nada al respecto. Pero ahora, en virtud de la conexión entre nosotros, tenemos la confianza de que el Creador nos está ayudando y está esperando este preciso momento.
Baal HaSulam escribe que “No hay momento más feliz en la vida de una persona que cuando descubre cuán absolutamente impotente es y pierde la fe en su propia fuerza, ya que realizó todos los esfuerzos posibles de los que fue capaz, pero no llegó a nada. Esto es porque precisamente en este momento, durante este estado, ¡está listo para una plegaria clara y completa al Creador!” Este momento es llamado el Día de la Expiación. De este momento en adelante, una persona puede estar segura de que recibirá la Luz de Corrección.
(De la cuarta parte de la lección diaria de Cabalá del 15 de septiembre 2010 sobre Yom Kippur.)

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