Un descenso que no es el fin del mundo
Cuando pasamos por una serie de ascensos y descensos nos preguntamos para qué necesitamos todo esto. Después de todo, se nos dice que nosotros “añadimos en Santidad y nos sustraemos”. Entonces realmente esta es una pregunta muy lógica.
Nuestro problema es que no entendemos que el mal no existe. En la espiritualidad revisamos todo en relación al Creador. Existen 125 niveles de nuestro camino hacia Él y el ascenso a cada uno de ellos comienza cuando yo recibo egoísmo adicional, el cual está creciendo gradualmente.
Supongamos que estoy en el nivel 1 ante el nivel 2, en consecuencia, mi ego tienen que crecer y el estado que se me da es llamado “noche”. Dice en la Torá “Y fue la noche y la mañana, un día”. Es decir que todo empieza desde la noche.
Primero, yo necesito conseguir un Aviut (espesor) adicional y descubrir una nueva capa de mi deseo dentro de mí. De hecho este es precisamente el nivel al que ascenderé y el cual, mientras tanto, permanece ante mí como una pared. Entonces este nuevo Aviut es llamado descenso.
Pero el descenso es un decrecimiento en la importancia del camino espiritual ante mis ojos. Es así como el Creador “endurece el corazón de Faraón”, y al mismo tiempo me dice “Ve a Faraón”. Yo sólo necesito entender que todo esto es sólo con el fin de elevarme.
Además, realmente ya me he elevado, puesto que “noche” en realidad es la revelación de las nuevas vasijas corruptas que pertenecen al siguiente nivel. Ahora, sólo me falta la corrección que comienza a “medianoche”. Empezando desde la “noche” hasta la “medianoche”, se revela en mí un nuevo deseo de recibir, entonces ocurre la corrección de las vasijas, y eventualmente yo recibo la Luz, empezando desde el alba, el amanecer de un nuevo día. Entonces ¿es esto un descenso?
Rabash nos da un ejemplo: Si están con hambre y se les da un saco de grano de trigo y se enojan porque no puedes comerlo, ustedes están en lo correcto. Entonces úsenlo correctamente. Ahora ya tienen algo con qué preparar comida, un llenado.
Por otro lado, si reciben comida ya preparada para su alma, no tendrán la sensación, la comprensión y la adhesión. No entenderán lo esencial ni serán capaces de desarrollarse.
Así nos elevamos constantemente. No hay descensos; todo depende sólo de nuestra actitud hacia lo que está ocurriendo. Si miran un descenso como un anciano sabio que está buscando en sí mismo nuevas deficiencias a fin de elevarse más alto a través de ellas para adquirir sabiduría, entonces la “noche” no les parecerá un descenso. Pero para hacer esto necesitan tener un grupo, una rutina fija, y usar todos los medios necesarios para apoyarse durante el camino.
(120024)De la Lección diaria de Cabalá del 11/6/13, Shamati # 26 “El futuro de uno depende y está ligado a su gratitud por el pasado”
(120024)De la Lección diaria de Cabalá del 11/6/13, Shamati # 26 “El futuro de uno depende y está ligado a su gratitud por el pasado”
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