
Nosotros existimos en un sistema de fuerzas, en el único lugar que el Creador creó – Maljut del Infinito, que es un estado completamente corregido (Gmar Tikkún). Somos opuestos a este estado y está en ocultamiento por 125 niveles que ocultan su verdadero estado de nosotros. No siento el verdadero estado en donde estoy, y a causa de mi sensación me encuentro detrás de 125 grados de ocultamiento, filtros que bajan todo, colocando neblina y confusión en mí.
Tengo que remover estos ocultamientos y hacerlo, de tal manera, que los absorba convirtiéndolos en revelación. Tengo que hacer esto en cada estado, con cada velo, y en cada grado.
Después de pasar por estos ocultamientos, me vuelvo completamente opuesto al verdadero estado, debido a la oposición de mis cualidades internas. Sin embargo, si tomo esta ocultación por mi cuenta y deseo ascender por encima de él con la ayuda de la Luz, entonces todo el ocultamiento se transforma en conocimiento, sensación, revelación, y alcance.
Es así como avanzamos de la separación total (con la excepción de la chispa espiritual que se despierta en nosotros) hasta el más alto nivel. No obstante, el ocultamiento no se vuelve revelado desde este mundo. Tengo que abandonar este mundo completamente. Estos ocultamientos son revelados entre mi persona y la Luz, o conmigo mismo y el Creador.
Es por esta razón que los Cabalistas dicen, “¡Deja este mundo en paz, no lo corrijas! ¡No es sujeto a la corrección!” Tú tienes que corregir solamente tu actitud hacia el Superior, el Creador. Tienes que convertir los disturbios, que ves, en revelación. Los disturbios son una capa de materia, tu ego, que separa a ustedes dos. Es por eso que no corregimos este mundo, y de hecho, no tenemos que hacer nada con este mundo. Mientras más trabajes en la conexión con el Creador, más cantidad de Luz te alumbrará y verás un mundo diferente e invertido.
(28061 – De la segunda parte de la lección diaria de Cabalá del 29 de noviembre del 2010, El Zohar.)
Cuando suene el despertador

Los cabalistas hablan en sus libros solo del alma. No tocan los problemas de nuestro mundo que se encuentra por debajo de la línea de la vida. Esta ilusión se nos da temporalmente para que empecemos a despertarnos de este sueño y construir una verdadera vida.
Ahora piensa, ¡cuánto debes valorar tus amigos que pueden ayudarte a despertar hacia una nueva vida! Comprende, que todos estamos en medio de un sueño, y lo único que tenemos como ayuda para salir de él es una pequeña chispa. Como cuando a veces estas durmiendo y entiendes que si te esfuerzas, podrías despertar. Esta misma chispa es ese “punto en el corazón”.
Si unes juntos todos estos puntos que desean despertar y exiges que “suene el despertador”, que la fuerza superior nos despierte, esta fuerza nos sacará de este sueño. De lo contrario seguiremos durmiendo todos. La única posibilidad de descubrir el mundo superior es desde este sueño. No hay nada mejor en la existencia animal, en esta ilusión de la vida: no hay nada.
¡Después de la muerte te quedará sólo lo que conseguiste en lo espiritual durante esta vida! ¿De dónde si no de allí se consigue algo más? Sólo se queda lo que conseguiste en esta vida en la espiritualidad. No hay nada, ninguna otra cosa que puedas conseguir – algo distinto. ¿Por qué entonces no lo tenemos ahora? ¿En qué estorba tu cuerpo animal? ¿Por qué tienes que sufrir ahora para disfrutar después?
Sólo tenemos lo que podemos percibir dentro de nuestro deseo de disfrutar. Si consigo además de mi percepción de la vida material, la percepción de la vida espiritual, significa que tendré la vida espiritual. Y esta no depende de la percepción material – son dos tipos de los deseos: uno “para sí mismo”, y el otro “para el otorgamiento”.
Y significa que voy a vivir en dos mundos al mismo tiempo y cuando morirá el cuerpo, me quedaré sólo en el mundo espiritual. El cuerpo animal habrá muerto y dejaré de percibir esta realidad en sus cinco sentidos, como si ahora mismo perdiera el oído. Así desaparecen todas las percepciones materiales.
deseo egoísta no puede existir eternamente, tiene límite. Pero si has recibido el deseo de otorgar, este es eterno.
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