LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

14.1.11

No des el niño a los lobos




Primero y antes que nada tengo que estar agradecido y “bendecir” el hecho de que tengo una conexión, de que no estoy cortado del gobierno superior, no importa cómo me parezca por ahora: bueno o malo. Lo más importante es que tengo un punto de unidad: Sé de la existencia de la Fuerza Superior, la Naturaleza. Es Bueno y hace el Bien. Tiene una mente y sensación como nosotros la entendemos. Nos crea y desea que nos desarrollemos. De toda la humanidad, justo ahora evocó un deseo dentro de mí para venir a ella, y tengo que estar agradecido por esta aspiración incluso aunque me traiga incomodidad.
Trato mi nueva aspiración de la misma manera que todos mis otros deseos: Quiero llenarlo tan pronto como sea posible por el bien de la recepción. Sin embargo, este vacío sólo será llenado si opero en el modo de otorgamiento. Este es un tipo diferente de deseo: disfruta sólo cuando la abundancia sale de él, cuando le hace bien a alguien más.

Tengo que tratar al deseo espiritual que despertó en mí como una nueva creación. Es imposible continuar una vida regular con este; simplemente no sería capaz. Por eso se me trae al grupo, al maestro, y a los estudios; Se me presenta el método cabalístico para que pueda entender que ha llegado el momento de trabajar en una nueva creación.

Esta nueva Reshimó o nueva inclinación en mí aun no tiene un vector y forma. Ahora debo sumergirme en el ambiente como un grano en el suelo con el fin de recibir sustancias nutrientes del grupo. Sólo entonces el embrión de mi deseo espiritual comenzará a desarrollarse.

Más aun, se desarrollará en una dirección completamente diferente porque este deseo pertenece a una dimensión que es completamente nueva para mí. Esto significa que debo tratarlo de forma diferente desde el inicio y no exigir lo mismo que estoy acostumbrado a exigir de mis deseos habituales.

Aun vivo en mis deseos previos de la manera en que solía vivir, pero ahora le dedico toda mi atención y energía a desarrollar ese nuevo brote. Estudio la ciencia de la Cabalá para encontrar la oportunidad de realizar este deseo, de expresarlo, y revelar un llenado dentro de este. Esta es la clave de toda la sabiduría.

No actúo instintivamente, de la manera que lo hacía hasta ahora. El nuevo deseo exige de mi un nuevo “estilo de trabajo”. Por esto primero debo aprender un nuevo método, desarrollar un nuevo enfoque
Sin embargo, si no quiero estudiar y continúo actuando en la manera antigua, sin elevarme del nivel animado al nivel humano, entonces recibo golpes. Eso es porque mi nueva aspiración no está en absoluto destinada o adaptada para mi recepción egoísta. ¿Es posible educar a un niño mediante las leyes de la jungla y entre bestias salvajes? No crecerá como una persona y no se elevará del nivel animal.
De la misma manera tengo que estudiar para alimentar apropiadamente esta semilla y crear el entorno correcto para ella. Tengo que proporcionarle humedad, minerales, calor, y luz, todas las cosas que son necesarias para su desarrollo.
Este es el significado de estudiar la ciencia de la Cabalá: estudio como corregir y desarrollar de manera óptima mi deseo espiritual.



(De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 13 de Enero del 2011, Escritos de Rabash)

Combatiendo el ego con una espada de cartón

Por qué se rompió el mundo de Nekudím?
Respuesta: El mundo de Nekudím se calculó incorrectamente. Se pensó que él se arreglaría para recibir toda la Luz infinita de la Corrección Final “para otorgar”, pero falló pues inesperadamente comenzó a sentir auto gratificación. Nunca se dio cuenta que habían deseos tan profundos en él, y en contra de ellos, tan exaltada Luz, tan inmensos placeres.
Rabash demostró esto contando la historia de un hombre que vino a una fiesta de boda pensando que él podía complacer a la novia y al novio celebrando y bailando con otros huéspedes. Sin embargo, después de unos tragos, el comenzó a perder su sentido de la realidad y comenzó a gritar en la mesa. Así es que lo echaron fuera, lo llevaron donde su esposa, y desde entonces nadie lo invita a las fiestas de matrimonio.
Ahora ese hombre necesita corregirse y comenzar a observar sus acciones: en qué forma el arribó a la fiesta y cuánto él puede beber, lo cual sería solamente un poco para honrar al anfitrión y nunca ir más allá de la barrera. Una historia similar pasó en el mundo de Nekudím.
Nada de esto fue sido en vano. El mundo de Nekudím se rompió para mostrar a las criaturas lo que es comparado con el Creador. De hecho, todo lo que le fue revelado a él antes del rompimiento no era real, como lo fue. Nunca antes la criatura había sido capaz de ver la esencia de su deseo egoísta cuando se enfrentó con la Luz portadora del placer. Siempre ella actúa con la intención de otorgar dada a ella por el Creador.
El Creador crea a las criaturas en el mundo del Infinito, llenándolas con toda la Luz de Infinito en todos los deseos (Kelím), y les da todas las intenciones. Entonces la criatura hace una restricción, quiere recibir para otorgar, todo gracias a la fuerza de la Luz presente en él.
Esto no es difícil de entender. Yo estoy siendo dirigido por la Luz, y sigo sus órdenes. No soy yo quien actúo sino las dos fuerzas del Creador: el deseo de recibir y el deseo de otorgar. Lo mismo pasa a la naturaleza en la espiritualidad. El inanimado y vegetativo, animales sagrados y ángeles, todos están sujetos a este mecanismo.
La naturaleza de las criaturas es revelada por vez primera cuando la criatura actúa independientemente, esto ocurre durante la ruptura de los mundos. La criatura hace cálculos basados en la Luz que está presente y piensa que puede (como siempre hizo antes) recibir toda la Luz para otorgar, completando así la corrección.
De repente, sucede que todo lo que fue hecho anteriormente fue hecho por la fuerza de la Luz, por su fuerza de otorgamiento que te llena. Nunca fue tu decisión; simplemente fue dada a ti al nacer. Ahora, por primera vez, tu propia naturaleza sale a flote.
Por lo tanto, después de la ruptura, nosotros podemos hablar de alguna criatura que actúa independiente. Ella colecciona sus deseos vacíos que carecen de la pantalla y dice, “Y ahora, lo haré yo misma y recibe la Luz dentro de ella con el fin de otorgar”. Es como el hijo tonto que en vez de usar el arma real que recibe de su padre, el Rey, decide ir a la guerra con un escudo y una espada de juguete como se describe en las fábulas.
(32635- De la 3º parte de la lección diaria de Cabalá del 12 de Enero del 2011, Talmud Eser Sefirot)


Líbrate de todo lo animado



¿Revelar el mal dentro hará todo más difícil para que una persona adquiera el amor por los demás?

Respuesta: Pero esto es exactamente lo que están revelando: el mal en relación con el amor y la unificación con los demás. Todos los otros males pertenecen al nivel animado.
Por ejemplo, hay perros que muerden, y hay perros buenos, lindos perros que son mascotas. Los animales también tienen personalidades diferentes. Sin embargo, no nos estamos refiriendo a un temperamento bueno o malo, sino a la forma en que una persona revela el mal real cuando comienza a unirse con otros. La inclinación al mal real se revela precisamente en el rechazo de la meta.
Me uno a los demás con el fin de alcanzar la meta, el Creador. Nosotros revelamos el mal sólo cuando aspiramos a la meta. El mal no se nos revela sin una conexión a la meta. Puedo tener un mal carácter, podría perder la paciencia y estar irritable, sin embargo, esto no es llamado “el mal” ni pertenece a la espiritualidad.
Pero cuando trato de alcanzar el amor de mis amigos con el fin de adquirir amor por el Creador y descubro cuánto me enferma, entonces el mal es el grado de resentimiento y rechazo. El mal es la aversión a la unidad.
Filtra todas las propiedades humanas y líbrate de todo lo animado. Hay “perros” conejos “,” y “burros” sentados dentro de nosotros. Déjalos todos; no los tomes en cuenta. Los profetas escribieron en referencia a esto: “Yo vine, y no había ningún hombre“. El mal se asocia únicamente con la unidad y aspiración hacia el Creador.

(32488 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 11 de Enero del 2011, “¿Cuál es el pan del mal de ojo en el trabajo”)

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