Para que la criatura aprenda las condiciones que le permitirán llegar a ser similar al Creador y realizar el propósito de la creación, tiene que incluir en sí misma todas las propiedades del Creador, una por una. Es por eso que todas las propiedades del Creador y todas las propiedades de la criatura están incluidas unas con otras y entrelazadas de tal manera que la criatura permanece con un “registro” (impresión) de lo que significa ser similar al Creador. Esto se logra mediante la ruptura que se extiende desde arriba hacia abajo hasta la profundidad del deseo, desde el nivel cero hasta el cuarto.
Así es como ocurre una completa inclusión mutua de las propiedades del Creador y las de la criatura en la forma opuesta a la meta. Esta forma contiene todos los detalles que son absolutamente opuestos al estado final, plenamente corregido. Aquí, aparece la criatura real, el “hombre”, y es llamado a volverse similar al Creador en el futuro. Desde este estado, comienza a ascender por sí mismo y a alcanzar al Creador, la verdadera propiedad de otorgamiento. De esta manera, el hombre avanza desde el principio de la creación hasta su finalización, al fin de la corrección.
Todo se construye sobre el deseo de disfrutar, sobre la materia de la creación. Mientras más lo usemos, más podemos construir, es decir que principalmente, tenemos que ahondar en el deseo de disfrutar y sentir cuán opuesto es al Creador. Esto significa que lo excavamos hasta una gran profundidad y no estamos asustados de revelar su oposición. Esta es una sensación poco placentera y usualmente trae sufrimiento. Después de todo, revelamos la propiedad opuesta a la bondad.
Enseguida, llegamos a la necesidad de corrección y comenzamos a pedir la Luz, la propiedad del Creador, a corregir la propiedad de la criatura. Eso es llamado “construir un edificio”. Sin embargo, las personas no son capaces de construirla por sí mismas, la Luz la construye. Tenemos que proporcionar la vasija, el deseo, y expresar nuestra petición de manera precisa. Si entendemos y pedimos de manera precisa lo que es necesario para ascender un peldaño más, un “piso” más, la Luz viene y lo construye. Así, avanzamos más.
Los cimientos que son usados para construir la estructura espiritual son el deseo de disfrutar, la sensación de su oposición al Creador. Mientras más profundo excavemos, más alto podemos ascender.
(42996 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 5/13/2011, Escritos de Rabash)
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