El problema es que no se despiertan los unos a los otros. La persona no se puede despertar a sí misma. No es capaz de hacerlo. No tiene motivo para hacerlo. Escuché, está bien!…Pero si la sociedad me trae la importancia respecto a esta acción de oír sobre la espiritualidad, que es una acción que está por encima del deseo de recibir; si el grupo me trae la importancia, estoy dispuesto a escuchar. Si no recibo combustible del grupo, no voy a escuchar, porque todo lo espiritual puede realizarse solo en la materia que está entre las almas, en la conexión entre las almas. Si yo quiero realizar algo, debo despertar una mayor conexión entre mi persona y mi prójimo. Allá ocurre todo lo espiritual. Por lo tanto, debo recibir fuerzas, lugar, apoyo del lugar donde la espiritualidad tiene que ocurrir: entre mi persona y mi prójimo. Y si el grupo no me provee la importancia, empuje, sensibilidad para percibirlo, yo no escucho lo que el maestro dice, e incluso si me lo dice, mis orejas están tapadas y no reciben esas palabras
Pregunta: Entonces, ¿Cómo puedo despertar esa mayor conexión?
Respuesta: El grupo tiene que mostrarte la importancia del otorgamiento, la importancia de la conexión, del salir fuera de uno mismo, de considerar lo que el libro o lo que el maestro te dice, y no que tu, de forma instintiva, te calmes y te convenzas a ti mismo de que todo está bien, y que tú tienes la razón. Necesitas un lugar para efectuar la espiritualidad. Ese lugar es tu conexión con ellos. Si no sientes ese lugar, es decir, si no sientes que ellos te apoyan, responden a tus acciones, exigen de ti, entonces no vas a tener nada que efectuar. Hay que despertar a los amigos para que ellos te despierten. Primero hay que entender que sin eso, estamos perdidos, así nomás. Sin eso, yo estoy perdido. Si no recibo carencia del grupo en el cual yo debo, en mi conexión con todos, realizar mi tarea espiritual, sentir la espiritualidad, otorgar allá, traerme a mi mismo allá, poner mis esfuerzos allá, complementar - si no recibo de ellos que eso es importante….yo tengo que recibir esto de ellos… ellos tienen que revelarme el lugar del rompimiento, qué debemos corregir, dónde debemos corregirlo. De otra forma hago cosas que no se encuentran en el lugar del rompimiento. Es por ello que 99 por ciento no tienen éxito. No identifican el lugar correcto. Dan esfuerzos, pero eso no se llama esfuerzos. Tienes una vasija, y en vez de corregir su rompimiento, la limpias, la acaricias, haces cosas innecesarias que no las haces en el lugar correcto, y no realizas la acción correcta, y esperas sentir relleno, respuesta, pero la luz no se puede revelar. La luz no se revela si hay un hueco en la vasija. Qué vas a hacer. Hay que encontrar el agujero, dónde exactamente se encuentra, cómo yo lo cierro, cómo me ayudan los demás, porque esto es mutuo.
Maribel Esther Gómez
Bnei Baruch Colombia

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