Mis amigos son mi responsabilidad.

La persona debe hacer esfuerzos para reveler al Creador, y no es importante si experimenta resultados inmediatos por hacerlo. Es posible que yo haya sido merecedor hace mucho tiempo, pero no hubo reconocimiento de esto porque mi generación y mi entorno todavía no lo merecieron, y por ser parte de ellos tampoco lo merecí yo. El individuo es movido hacia delante a base de todo el sistema, y todas las personas con quien avanzo tienen libre albedrío. Todos somos co-dependientes; este es el motivo por el cual uno debe considerar que es responsable por todo el mundo. Debemos darnos cuenta de que es imposible alcanzar la revelación de la espiritualidad sin un grupo y sin realizar diseminación. Cada amigo y estudiante que tenemos debe estar conciente de que todos dependemos del sistema que está siendo revelado a nosotros. Este sistema se revela de la misma forma en que un feto que desarrolla en el vientre: Primero un órgano de su cuerpo desarrolla, luego el otro, etc. La persona no es responsable del hecho de que esté o no avanzando. Si uno necesita avanzar hacia delante, se lo hará avanzar incluso por medio de golpes, como ocurre con el resto del mundo, y si no, quiere decir que todavía hay un poder que le previene ser avanzado. A mí me debe importar que haga mis esfuerzos, y debo hacerlos de cualquier manera. Es posible que no tenga éxito, pero eso no es mi falta. Generalmente, el avance no es el criterio usado para medir; uno es medido de acuerdo a los esfuerzos que realiza. Es posible que yo no haya tenido éxito porque el sistema general no lo necesitó. Tal vez había una necesidad de avanzar a otros, que todavía no han realizado sus esfuerzos, y por causa de ellos yo no fui incluido en el sistema general; ellos me pararon en el camino. Pero todavía debo realizar muchos esfuerzos por mi cuenta, y esos esfuerzos harán que “atraviese” y “salte” a lo espiritual, cuando todo funcionará en los demás por medio del sufrimiento (si ellos no pueden tomar el camino correcto hacia el avance). Si un individuo realmente aspira a adquirir la propiedad de otorgamiento, lo que ocurre no le importa, lo principal es que está dentro del sistema al cual quiere otorgar, y lo único que importa es a quién desea complacer