De la preparación.
Que la vida no pase así nomás como algo que sucede por sí mismo, sino que nosotros no dejemos escapar a ningún instante sin sacar algún provecho de él, atribuirlo al Creador, y qué es lo que Él quiere decirme en cada momento. Porque toda nuestra vida es un relato, es una conversación, un diálogo con nosotros… y nosotros no escuchamos…
¿Qué es lo que nos falta para poder sentirlo?
(De la preparación)
Tratar de volvernos más delicados, más sensibles, con más sensibilidad al hecho que existe la voz de Dios, y que está dirigida hacia nosotros, esa fuerza que se quiere revelar -que “golpea nuestro corazón” como decimos-, y que nosotros aún no somos capaces de sentirla. Está aquí pero no la percibimos.
¿Qué es lo que nos falta para poder percibirla? Nos falta apreciar, honrar esta cualidad de otorgamiento, de la salida hacia afuera, de la elevación por encima de nosotros mismos.
Entonces cuando yo salga afuera de mí mismo, adentro del grupo, adentro de la conexión entre nosotros, ahí la voy a sentir, ahí la voy a escuchar.
Mi receptor no está dentro de mí; está en una cualidad afuera de mí. Si este atributo es lo que me rige, voy a poder percibirlo.
Reemplazar la fuerza que nos activa
(Parte III - “La Cabalá y su esencia” - Baal HaSulam)
Esta revelación se realiza en la medida en que yo me vuelvo así, es decir, el otorgante. Y ¿cómo puedo decir, entonces, que “yo descubro al Creador”? Entonces, ¿quién es el “yo” que descubre al Creador? Que aún existen en mí tales cualidades que todavía no perciben al Creador. Pero después, cuando descubro todo plenamente, entonces ya no hay “yo” y “Él”, sino que simplemente se convierte en “la cualidad de otorgamiento que me rige”, y ya.
Quiere decir que nosotros simplemente reemplazamos la fuerza que nos activa. Y que queremos sustituirla. En vez de que yo piense incesantemente sobre cómo recibir, que piense sobre cómo otorgar. Y en realidad es sólo una costumbre, mi actual manera de actuar. No hay en eso nada bueno. Simplemente estoy acostumbrado a eso, no me puedo desconectar de eso. Es simplemente un comportamiento habituado. Porque, como dice Baal HaSulam sobre al deseo de otorgar, es sólo un problema psicológico. En el otorgamiento hay más oportunidades de disfrutar y de crecer. Sino que actuamos según nuestras costumbres.
Por eso, para poder superar nuestros hábitos, necesitamos demandar a una fuerza extraña -a la que llamamos “Luz circundante”- que nos cambie, que nos active de otra manera

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