Cada persona que vive esta película es el protagonista. Sin embargo, no percibe que es un actor: ¡está convencido que su vida es real! Por eso es que nuestra vida es como un sueño. Cuando tengo un sueño muy vívido, experimento emociones muy intensas de alegría o temor y me despierto bajo la impresión del sueño, ya sea bueno o malo. De la misma forma, a la larga despertaremos en Gmar Tikun (el fin de la corrección) y nos daremos cuenta que esta vida no era más que una película.
En realidad, llegaremos a tomar consciencia de esto más pronto, cuando El Zóhar ilumine nuestro estado actual. Pero mientras yo exista en esta película y me sienta como parte de ella, no me podré desconectar de ella y observarme desde fuera. Cuando la Luz me corrige aunque sea de la forma más leve, y anexo alguna parte de un deseo externo al interno, empiezo a ver este sueño como es, y percibo la ilusión que he vivido antes de este descubrimiento. Actualmente, estamos engañados no solamente con respecto al mundo que nos rodea, sino también con respecto a nosotros mismos. Existen tantas capas de falsedad en nosotros que no conocemos nuestro verdadero yo en absoluto.
En un sueño me puedo ver como un héroe, cabalgando en un caballo, volando a la luna, pero es tan sólo una película. Y entonces despierto en mi cama. Sin embargo, al anexarme el Kli exterior y hacer que sea interno mediante el amor a mi prójimo como a mi mismo, a través de esta conexión, revelo la Luz Superior. Entonces despertaré de ese sueño y empezaré a vivir en el mundo de la verdad. Efectivamente, mis deseos pueden sólo unirse si alcanzo el otorgamiento en ellos, porque me anexo una parte externa que detesto. Entonces empiezo a ocuparme de este deseo externo más que de mi mismo y estoy dispuesto a dar a mi amigo todo lo que tengo.
Corrijo esta ilusión que es mi deseo egoísta. El Creador me dio esta realidad dividida solamente para poder alcanzarlo. En realidad, todos mis Kelim están fuera. Sólo debo cambiar mi actitud hacia mi mismo: en lugar de amarme a mi mismo como ahora, debo salir fuera de mí e integrar adentro aquellos que ahora parecen estar afuera. Así es como corrijo todos mis Kelim. Dentro de ellos, percibiré al Creador, la Fuerza Superior que actúa dentro de mí, la intención de otorgar que uniré como uno.

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