Tenemos que revelar el deseo del Creador precisamente cuando estamos en la oscuridad. Tenemos que darnos cuenta que para Él es el estado más deseable y digno ya que no existe el tiempo ni ocurren cambios en los estados.
Es la persona misma que cambia su actitud y como resultado ve el paraíso en lugar del infierno. Puede ver una ascensión en lugar de un descenso y la Luz en lugar de la oscuridad. La actitud de una persona es lo único que está sujeto a cambio.
No hay cambios en el estado que el Creador ha preparado para nosotros; es permanente. Sencillamente tenemos que estar de acuerdo con éste y estar más dispuestos hasta que tengamos la capacidad de aceptarlo con amor y gratitud, para verlo como el estado más deseable. Entonces no querremos ningún otro estado. Como resultado, nuestro consentimiento, amor, comprensión y devoción al plan del Creador se ampliará y crecerá.
El Creador desea que descubramos que todo depende solamente de nuestra actitud hacia la condición invariable en la que ya estamos presentes. En esta realidad, nada cambia excepto nuestra actitud.
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