LA ÚNICA REALIDAD:

Hubo un tiempo (antes de la destrucción del Templo) en el que el pueblo de Israel estaba en el nivel espiritual y, para él, los mandamientos eran las acciones espirituales: Tfilin no fue una cajita negra, sino la Luz de un estado elevado que ilumina “sobre la frente” del Partzuf espiritual. Para ellos esto no era la rama y la raíz, sino que todo se unía en un todo único. No vivían en dos mundos sino en la única realidad. Por eso, para ellos no surgía la pregunta de si debían cumplir los mandamientos o no. El cumplimiento interno y externo era la expresión de la misma acción. Después tuvo lugar “el rompimiento y la caída”, el ocultamiento (de nuestras sensaciones) del mundo espiritual. No sabemos qué sucede en el mundo espiritual, estamos “apartados” de él y no estamos en el escalón espiritual: por ejemplo “Tfilin” o “Talit” ( la Luz Circundante que viste el Zeir Anpin del mundo Atzilut).

Por eso, para nosotros, estos mandamientos de las acciones espirituales se convirtieron en acciones mecánicas que se denominan “la tradición” o “las costumbres”. Pero, en aquella época, esto no era una tradición, sino una verdadera acción espiritual: “vestí el Tfilin” en lo espiritual y lo vestí en el mundo material. Para mí era lo mismo, la realidad era la misma, única. Como resultado de nuestra evolución egoísta, hemos descubierto nuestro “rompimiento y caída”, la destrucción del alma única. Ahora ha llegado el tiempo de romper esta barrera para que sea de nuevo un mundo unido y único. ¿Deben estudiar todas las personas estas tradiciones y costumbres? No. Sólo debemos romper esta barrera y, cuando se derrumbe, junto con nuestra corrección, empezará a desaparecer poco a poco la realidad material. Si toda la humanidad está corrigiéndose, y no sólo la parte pequeña que salió de Babilonia y recibió el nombre del pueblo de Israel, entonces, en la medida que el mundo empiece a corregirse, “perderá”, en sus sensaciones, su forma material. La capa inferior que estás corrigiendo, para otorgar, se convierte en la espiritual. Ya no la percibes como materia; paso a paso, desaparece de tus sensaciones. Hasta que desaparezca todo el mundo material, porque es imaginario (Olam hamedume). Por eso lo que nos enseña la Cabalá es cmo romper “el muro de hierro” (mira El Prefacio a TES, punto1) que nos aparta del mundo espiritual.

(Extracto de la lección según el artículo Exilio y Redención de Baal HaSulam, correspondiente al 12 de abril 2010).