Todos la misma conclusión
¿Estás listo pora otorgar?
Eventualmente en el camino espiritual, revelamos el amor. Una expresión del amor es el otorgamiento.
Si descubro el amor hacia mí mismo, entonces experimento el odio hacia el otro. Estoy buscando una oportunidad para complacerme en todos lados, no importa a expensas de quién. Tomo a los demás en cuenta sólo cuando es necesario. Entonces, inicialmente nos amamos a nosotros y odiamos a los otros.
Entonces, comienzo a trabajar en el grupo, estudio, me involucro en la diseminación, y así atraigo la Luz que reforma. Sólo esta me cambia e influye en mí. Una y otra vez, cambio hasta que comienzo a sentir respeto por la propiedad de otorgamiento. Entonces tengo que relacionar esta propiedad con el grupo de amigos porque es realizada entre ellos. Esta es ya la próxima etapa: Aquí necesito trabajar en contra de mi egoísmo: Ahora, no es suficiente sólo ser inspirado por la Luz superior. Sí, me gustaría otorgar, y esto es maravilloso, esto añade combustible y eleva, pero si realmente quieres esto, trata de mostrarlo en el grupo, en tus relaciones con los amigos. “¡Sí, estoy listo! ¡Ya tengo una Buena actitud hacia ellos!”
“¿En serio? Veamos. Antes que nada, ¿Con qué frecuencia te olvidas de ellos?”
En realidad, en la vida diaria, si amo a alguien, pienso en él o ella todo el tiempo. Una madre no se olvida de su bebé: él está constantemente en su pensamiento y sensaciones. He aquí una verificación para ti: ¿cuántas veces al día te preocupas por el grupo de amigos y su unidad? ¿Cuán a menudo quieres sentirte en conexión con ellos con el fin de revelar la Luz que reforma y el deseo de amar?
Recuerda, necesitas poner todas las piezas en conjunto: el deseo por el amor y el grupo.
69299 De la cuarta parte de la Lección diaria de Cabalá 09 de febrero del 2012, “Introducción al Estudio de las Diez Sefirot”]
¿Qué significa unirse con el Creador?
Pregunta:¿Qué significa unirse con el Creador?
Respuesta: Con la ayuda de los amigos y el estudio, debido a la Luz circundante. Obtengo la aspiración por el Creador, el deseo de otorgar a Él, de estar en otorgamiento, desconectado de mí mismo de manera que ya no existe mi “yo,” y estoy enteramente en esta propiedad de otorgamiento. Entonces, descubro que me vuelvo por completo similar a Él porque Él es precisamente el deseo por el otorgamiento, no un cuerpo, objeto, o entidad. Así, el Creador comienza a aparecer ante mí más y más como la propiedad de la fuerza otorgante que gobierna el universo. Y cuando me elevo por encima de mí mismo y salgo de mí mismo, descubro que en esencia, soy una fuerza, un deseo, la aspiración misma. Y entonces pierdo la sensación de mi cuerpo, y siento que hay sólo dos deseos mutuos: el de Él y el mío.
[69284 De la primera parte de la Lección diaria de Cabalá 2/9/12, Shamati #16]
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