LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

7.4.12

El privilegio de ser feliz de otorgar


De una lección del Rabash: Estudiamos que debemos estar en equivalencia de forma. ¿Qué es equivalencia de forma? Al igual que el Creador otorga, así debemos nosotros otorgar. Esto es equivalencia de forma. Cuando tenemos que otorgar, no tenemos amor propio, lloramos. Duele que debamos hacerlo así. El Creador otorga, y la pregunta es ¿tiene Él placer en ello o no hay placer ahí para aquél que otorga? ¡Así que no hay equivalencia de forma! De tal manera que debe haber placer cuando otorgamos, de lo contrario no hay equivalencia de forma. Pueden otorgar sin dolor; dar, yo no necesito de tu dolor, sólo otorga.
Disfruten del otorgamiento, ¿quién se los da a ustedes? ¡La persona debe trabajar, el cuerpo no quiere hacerlo! No es que yo deba sufrir, no hay otra opción, el cuerpo no quiere trabajar. ¿Por qué debo sufrir?, yo no quiero sufrir. ¡Necesito esforzarme! ¡Y esta no es una condición! La persona que no siente el esfuerzo, es una señal de que su intención es con el fin de recibir, no con el fin de otorgar. El cuerpo no está de acuerdo en otorgar.
Nunca deben anhelar cosas malas. Es necesario sentir diferentes cambios, ellos vendrán por sí mismos. La persona no debe pensar en un descenso, sino siempre anhelar un ascenso, tanto en sus sentimientos como en sus pensamientos: anhelar la bondad, la adhesión, la conexión y la plenitud. Pero, al mismo tiempo, la persona debe evaluarse de forma crítica, entendiendo que si no hay nada dentro de ella que se oponga al otorgamiento, es una señal de que hay un asunto egoísta aquí. Si la persona maneja el avance con alegría y sin esfuerzo, es una clara señal de que lo hace de manera egoísta a fin de recibir. Sólo cuando recíbelo que hemos dicho anteriormente, el poder del otorgamiento, será capaz de hacerlo y al mismo tiempo ser feliz.
(74131 – De la preparación para la lección diaria de Cabalá del 1 de Abril del 2012)

Deja que la Luz haga su trabajo

Pregunta: Tengo la sensación de que mi ego me “roba” todo. Me siento con mis amigos y parece que yo asciendo mi deseo de recibir, pero después siento que ellos son los que están haciéndolo. Siento que estoy en la oscuridad, que no escucho nada, y no siento la Luz ¿Qué debo hacer?
Respuesta: Debes tratar de disolverte en los amigos, como alguien que es pequeño o alguien que es nuevo en una sociedad.
Cuando llegas a una nueva sociedad no sabes nada y no conoces a nadie. Tratas de entrar a ésta sin ser demasiado prominente o sobresaliente. Supón que llegas a un nuevo lugar de trabajo, sólo tratas de permanecer callado para descubrir, ver, y sentir a todos los demás.
Así es como debes comportarte. Comienzas a sentir lo que ellos tienen. Te desarrollarás como un embrión en el vientre de su madre. Entonces gradualmente, según el grado en el que comiences a sentirte a ti mismo legítimo y seguro, comienzas a expresarte junto con todos los demás.
Trata de neutralizarte y sólo estar en el interior. Esto es suficiente, porque nosotros crearemos el campo que existe ahí. No debes preocuparte, si lo haces, lo sentirás.
Pregunta: Pero en cualquier caso mi ego sentirá satisfacción en eso ¿Cómo puedo evitar robarme y robarles a otros?
Respuesta: ¿Quién dice que esto es malo si quieres sentir la espiritualidad? No es malo.
La meta de la creación es disfrutar, ser llenado, pero en otorgamiento. Quieres entrar al grupo y adquirir el atributo de otorgamiento, y en este quieres sentir placer. Por el momento está bien. No podemos imaginar otra cosa.
Lo más importante para nosotros ahora, es el anhelo por el otorgamiento, otorgar con el fin de sentir placer. Este es nuestro nivel, llamado Lo Lishmá, (No por Su bien).
Cuando la Luz llega y es gradualmente revelada en nosotros, (esto sucederá sólo si lo anhelamos de esa manera), como resultado de su influencia, comenzaremos a sentir que el atributo de otorgamiento está por encima de todo lo demás, que es más grande que cualquier otra cosa, y que quiero estar en este. Incluso si por el momento es de forma egoísta, “yo quiero estar en él”.
Después la Luz nos influirá de tal manera que de pronto comenzarás a desapegarte de ti mismo, del “yo quiero”. Tu “yo” de pronto comenzará a desaparecer y te sentirás “por fuera de ti mismo”, por fuera del “yo”.
¡Déjaselo a la Luz! No puedes hacerlo por tu cuenta. Tienes que anhelar tanto como puedas en todos tus deseos, incluyendo los deseos egoístas, y la Luz hará todo el resto.
Esta es una “plegaria”. Estás pidiéndole a la Luz que haga este trabajo por ti. Ésta creó tu ego y es la única que cambiará el ego. Nuestro anhelo debe ser sólo por eso para permitirle hacer su trabajo.
Si anhelamos la unidad, la Luz hará el resto.
Todos somos egoístas. No sabemos ni entendemos nada. No sabemos lo que nos sucederá el próximo minuto. No conocemos nuestros atributos, no sabemos nada, y no se requiere esto de nosotros. Sólo se requiere que hagamos una cosa, simplemente tratar, hacer un esfuerzo, y la Luz hará el resto.
El máximo de unidad en el grupo convoca a la Luz, entonces esta nos cambia. No tenemos que hacer nada de manera artificial. Todo se resolverá y ustedes sólo deben tratar de conectarse.
(74105 – De la Convención en Vilna del 23 de Marzo del 2012, Lección 1)

No rechacen al egoísta

Pregunta: ¿Las personas entienden que la inclinación al mal existe en ellas? ¿Podemos hablarles abiertamente acerca de esto?
Respuesta: ¡No, no, bajo ninguna circunstancia! Está prohibido decirle a la persona que ella es egoísta, o incluso decir algo malo acerca de ella. ¿Qué derecho tienes de hacer eso? Si ella es normal, común y se comporta como los otros seres humanos, entonces ¿cómo sería posible decirle que es mala, que su ego la controla y así sucesivamente? Debería hacerse lo contrario. Tú necesitas sugerirle algo bueno a ella, sin decirle de ningún modo algo malo. Tú necesitas acercarte a ella como si fuera especial.
¿Cómo nos acercamos a un niño? Si tú quieres educarlo correctamente no necesitas ejercer presión sobre él. Tú necesitas apoyarlo, darle la seguridad de que es capaz, de que él puede, que es grande y fuerte. De esto modo, tú despertarás en él las fuerzas correctas para avanzar hacia adelante y así se desarrollará. Si tú comienzas a presionarlo, al final obtendrás el resultado contrario. Por desgracia, nosotros no sabemos cómo educar a los niños. No nos han enseñado y en consecuencia nosotros los arruinamos.
En relación a los adultos es lo mismo. Tú necesitas despertar los sentimientos buenos y correctos en la persona, elogiarla y elevarla. Y debido a que ella es especial, tú le señalas algo especial en el mundo que puede elevarla aún más alto. ¡Entonces ella se une a ti! Tú no necesitas mentirle porque de verdad esta posibilidad existe en cada persona.
No rechaces a la persona con el mensaje de que ella es egoísta. ¡Está prohibido hacer esto! Después de todo, todos nosotros somos egoístas, pero si tú le dices a un egoísta que es egoísta, entonces inmediatamente te rechazará cuando en realidad tú debes estar en contacto con él. Psicología simple: Está prohibido relacionarse negativamente con la persona. Sin importar quién. Tú necesitas buscar una buena conexión. A esto se le llama sentenciar a cada persona a una escala de mérito.
(74098 – De la Convención en Vilna del 23 de Abril del 2012, Lección 1)

Un salto hacia la libertad

El atributo de otorgamiento se alcanza en el grupo, en la sociedad, bajo condiciones especiales que son descritas por los cabalistas desde el estado que fue preparado para nosotros mediante la fragmentación del Primer Hombre (Adam HaRishón), el alma general. Si usamos correctamente el pequeño entorno que nos fue dado, y en este, tratamos de llegar al otorgamiento mutuo, descubriremos que estamos en el exilio en Egipto.
Descubrimos que no hay forma de que podamos alcanzar la espiritualidad, al Creador, el atributo de otorgamiento, si no alcanzamos primero el amor de amigos. Pero todos nuestros intentos de llegar a la conexión y amor de amigos terminan en un fracaso total, como está escrito, “Los hijos de Israel lloraron por el trabajo”, porque descubrimos que construimos ciudades pobres, Pitón y Ramses para el Faraón, lo que significa que sólo incrementamos nuestro deseo de recibir.
Aun cuando llegamos a la desesperanza por este trabajo, no lo dejamos y gritamos: “¡sálvanos!” Después de todo, nuestro ego, el Faraón, no nos deja conectarnos, y si esto sigue así nunca nos dejará salir del exilio y alcanzar la conexión con la fuerza superior.
Este es realmente un llanto de desesperanza desde el fondo del corazón. Entonces una fuerza especial, general, llamada “Moisés” se revela. Esta es revelada en el grupo y pasa por muchos cambios. A veces se revela y a veces está oculta, hasta que estabilizamos esta fuerza colectiva y la colocamos contra nuestro ego.
Cuando estamos listos para pelear con nuestro ego colectivo que nos estorba para conectarnos, al colocar la fuerza colectiva de conexión llamada “Moisés” en su contra, comienza la lucha de vida o muerte ¡Sostenemos esta fuerza tanto como podemos e incluso por encima de nuestro poder! Aquí descubrimos en nuestro punto general la ayuda de Arriba ¡En este punto, el Creador dice: “Ven al Faraón, vamos a luchar juntos contra él”! Esto significa que Él está de acuerdo en conectarse con nuestro punto colectivo, y entonces nos saca de Egipto.
En el camino ocurren diferentes fenómenos, de los cuales nos habla la Hagadá, y tenemos que pasar por todo esto. Esto se refiere sólo a nuestros intentos por alcanzar la conexión y de alguna manera cumplir con esta. Eventualmente salimos de este estado, de nuestra incapacidad de conectarnos, y alcanzamos lo que queríamos. El método de conexión llamado la Torá se revela en nosotros en contra de nuestro ego y de nuestro odio.
Ahora aparece el sistema que podemos usar. Este es llamado la Torá, la Luz que Reforma, la cual comienza a influir en nosotros gradualmente con el fin de corregirnos. Existe el monte Sinaí que nos separa, el ego colectivo que obstruye el camino de la conexión entre nosotros. Cuando la Luz corrige el odio y lo vuelve conexión, esta montaña se convierte en la “montaña de Santidad”.
De esto se trata la festividad de Pesaj (de la palabra en hebreo que significa “dar un salto”), la cual simboliza las transiciones del exilio a la libertad. El exilio es mi incapacidad de conectarme. No sé cómo hacerlo, pero lo anhelo y lo exijo.
La redención simboliza el hecho de que se me dio una oportunidad, un sistema, un método que me permite corregir el mal en mí y convertirlo en bien. El bien significa la garantía mutua, el amor de amigos, en el cual descubro la fuerza que me permite cumplir con esta actitud y adherirme al Creador. Después de todo, Él es la meta que yo anhelaba desde el principio.
(74151 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 1 de Abril del 2012, Shamati # 41)

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