El descubrimiento del mal es llamado el pecado de Adán. Pero, de hecho, ese no fue un pecado, el Creador dijo que Él creó lainclinación al mal. Esto significa que Adán no pecó, sólo descubrió el pecado, su maldad, la naturaleza egoísta.
Desde el inicio fuimos creados con esta naturaleza para que tuviéramos la oportunidad de elevarnos por encima de ella y de esta maldad y, de ser conscientes de la bondad del Creador. Es imposible descubrirlo sin esta naturaleza, ‘Es la ventaja de la luz sobre la oscuridad’ (Kohelet Rabbah 2:13).
En el año nuevo (Rosh HaShanah) celebramos la oportunidad de elevarnos y alcanzar la fuerza superior, el Creador, para convertirnos en Adán (hombre), es decir alguien que se parece a Él. Esto es posible para todos, Adán simplemente fue el primero que lo hizo. Como fue dicho, ‘todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande’ (Jeremías 31:33) y ‘…mi casa será llamada casa de oración para todas la gente’ (Isaías56:7). Así que, Adán es una imagen relevante para toda la humanidad.
Sí durante este día hacemos el conteo adecuado del año pasado, nos daremos cuenta de que aún no hemos alcanzado la corrección y de que no hemos ascendido con la humanidad hasta la cima de nuestra existencia, el mundo espiritual, el nivel de semejanza con el superior, el poder eterno y perfecto. Por eso pedimos perdón, es decir nos juzgamos, ya que pudimos haber descubierto nuestra inclinación al mal y corregirla, elevándonos por encima de ella y uniéndonos, pero no lo hicimos. Así que, al inicio del año pedimos que nos sea dado el poder que hace posible corregirnos a nosotros mismos y alcanzar la meta la creación.
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