Rabí Menajem Mendel , Fruto de la tierra, Carta 30
La regla es que aquello que conduce a la preservación y la providencia por el Creador, para evitar todas las interrupciones accidentales de la adhesión entre uno y el Creador, Dios no lo quiera, es la conexión y el amor y la verdadera paz en la adhesión de los amigos. Y en verdad, sin esto Él se encuentra en ocultamiento del rostro, Dios no lo permita, que Dios nos salve de esto... Y uno siempre debe acostumbrarse a introducir en su corazón el amor de los amigos hasta su último aliento, y prolongarlo hasta su alma se adhiera, y se adhieran uno con el otro. Y cuando todos sean como un solo hombre, el Creador será Uno y habitará entre ellos y ellos recibirán de Él otorgamiento con muchas salvaciones y consuelos, y serán elevados con excelencia en cuerpo y alma.
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