Luego del rompimiento, las chispas cayeron en las vasijas rotas y la Luz se encuentra dentro del deseo de recibir esa Luz en forma egoísta. Resulta que yo estoy dentro de este deseo egoísta en la vasija rota y eso significa que quiero usar a la sociedad y al Creador para recibir un llenado espiritual pero para mi propio beneficio.¡Tengo que trabajar con estos deseos sin tener miedo o sentirme molesto! No debo huir del horror al descubrir que mi aspiración es la recepción egoísta y no debo tener miedo de mancharme al tocar los deseos impuros. Esto es, dicho sea de paso, la diferencia entre la Cabalá y el enfoque religioso. Tengo que activar estos deseos sin tener miedo o sentirme avergonzado.
¡Sí, estoy roto! Y es justamente desde la profundidad de este rompimiento que revelo el hecho que puedo alcanzar la meta. Este es el lugar de mi contacto con el Creador. Desde allí organizo mi trabajo en relación con la sociedad. Y esta sociedad también me parece egoísta ya que es mi Kli común que está roto en relación a mí.
¡No tengas miedo de cualquier revelación del mal! Lo más importante es que el mal se revele con el objetivo de la meta. En este caso se trata del punto de verdad desde el cual estarás enfocado a ella.
Así es como acelero mi desarrollo y adquiero un punto de contacto con el Creador desde mis deseos rotos, desde este egoísmo impuro. Así es como avanzo y entre más “pecadores” se revelen dentro de mí, mejor. Me siento feliz, porque a través de ellos tendré la capacidad de avanzar más.
Sólo deseo tener la suficiente fuerza para soportar frente al sufrimiento, para no huir, o sentarme con los brazos cruzados y lamentarme. Algunas personas se consumen al culparse y no piensan en emplear estos estados para su avance, cuando tantas cualidades negativas se revelan en ellos.
Lo único que puede ayudar es la resistencia, la velocidad de los cambios y la fuerza del grupo que debe influir a la persona y despertarle, sin dejarle sentirse deprimido y vacío. Todo depende de cómo nos preparamos y cómo ayudarmos a los otros que se encuentran en estos deseos rotos.
Después de todo, entendemos la clase de egoísmo dentro del cual nos hallamos, y no tenemos miedo porque nos apoyamos uno al otro e intentamos sacar a todos los compañeros del bache. Esto nos permite avanzar.
Todavía tenemos mucho trabajo delante de nosotros para revelar nuestro estado común y el estado personal de cada persona y salir de ellos. Pero, es importante subrayar que estos estados se nos revelan cuando aspiramos a la meta. Esto es, la meta no es revelar el mal, sino intentar revelar el bien, el otorgamiento, el amor y la unificación, pero al intentarlo revelo las cualidades opuestas. En la medida en que revele el bien, revelaré toda clase de “pecadores” dentro de mí.
Entonces me alegro de esta revelación dentro de mí porque por el mismo camino llega la plegaria y la corrección y por lo tanto avanzo hacia adelante. La primera mitad de las vasijas es la revelación del mal, mientras que la segunda mitad es la corrección hacia el bien.
De la primera parte de la lección diaria de Cabalá del 9 de marzo 2011 sobre La Plegaria
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Cómo prevenir los golpes de la naturaleza

Querido doctor Laitman, Nosotros, sus estudiantes en Japón, quisiéramos conocer su opinión sobre lo que ha provocado la desgracia que nos ha sobrevenido: el terremoto y el tsunami. Según los pronósticos, se esperan más golpes en el futuro inmediato. ¿Podemos todos unidos prevenir tales acontecimientos en Japón y en general en el mundo?
Respuesta: La Naturaleza nos guía en el sendero del desarrollo evolutivo hasta que lleguemos a la semejanza con ella. Los golpes y los sufrimientos que experimentamos son la reacción de la Naturaleza a nuestra falta de correspondencia con ella. La única solución a todas las crisis es llegar a un equilibrio con la misma.
En general se logra con la corrección de nuestro egoísmo que es evaluado según la actitud que tenemos hacia la conexión con toda la humanidad como un todo. Se debe a que la Naturaleza se relaciona con nosotros precisamente de esta forma, como un todo único; hasta que no nos volvamos uno, continuaremos sufriendo.
En el Libro del Zohar (Introducción al Libro del Zohar, Ítems 66-81) que las desgracias les suceden a los mejores: en este caso, Japón. Pero, a medida que los golpes se intensifiquen, afectarán a los peores también… Sólo existe una solución: unirse con amor a los otros y convertirnos en un sistema integral y global como toda la Naturaleza. Entonces, dentro de nosotros, empezaremos a sentir el llenado del Creador.
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