El Zohar sólo habla sobre una persona dentro de la cual se encuentra todo el mundo y sobre cada uno de nosotros.
En la sección “Percepción de la realidad” estudiamos que todo lo que nos parece existente afuera, se encuentra dentro de nosotros. Dentro de la persona está todo este enorme mundo, que incluye los minerales, las plantas, los animales y las personas del entorno. Todas estas son las propiedades y las fuerzas del alma que le parecen que existen afuera, pero en realidad se encuentran dentro.
Y en la medida de su desarrollo espiritual, toda la imagen del mundo que la persona ve por fuera, le parece cada vez más ilusoria. Y por eso nuestro mundo se llama “mundo imaginario” y toda nuestra realidad se llama “sueño”.
Supongamos que ahora leemos el relato en el que José se encuentra en Egipto junto con el Faraón, sobre como llega Jacob con sus 12 hijos y José los recibe. Se debe comprender que se trata de las fuerzas de nuestra alma, las cuales existen dentro de cada persona en el mundo, independientemente del género, de la edad y la nacionalidad.
En cada uno de nosotros existen las mismas fuerzas, ya que el Creador hizo un gran deseo de recibir. Todo este deseo consiste de diez sefirot, cada una de las cuales, a su vez, incluye diez sefirot particulares y así hasta el infinito.
Este deseo se rompe, se dispersa, se divide en una enorme multitud de partes alejadas una de la otra. Son almas separadas y cada uno de nosotros lleva su alma particular. Por eso cada persona incluye en sí mismo a todos, ya que en ella hay diez sefirot. Todas las partes de estas sefirot están vinculadas con las diez sefirot del alma general y con las diez sefirot del alma de cada individuo.
Resulta que todo lo que está escrito en los libros cabalísticos habla sobre cada uno de nosotros, sobre el alma de cada persona. Por eso, leyendo en El Zohar sobre los acontecimientos como si ocurriesen fuera de nosotros –sobre los hechos históricos, las descripciones de la naturaleza, las personas y los animales – debo tratar a interpretar este idioma a nivel interior.
Ya que todos estos relatos cuentan lo que pasa dentro de mí, sobre las fuerzas de mi alma, sobre mis deseos y cualidades que se encuentran en lucha o están vinculados entre ellos según ciertas relaciones y cálculos.
Debo entrar y estudiar este sistema interior del alma. Estudiándolo y reconociéndolo, comenzaré a ver en él las propiedades del Creador y Sus fuerzas, por las que Él influye en mí. Lo veré dentro, poniendo en movimiento todas mis fuerzas.
Por eso, al leer El Zohar debemos concentrarnos dentro de nosotros, tratando de ver las fuerzas de nuestras almas detrás de cada palabra.
(Extracto de la lección sobre el Libro del Zóhar, correspondiente al 4 de febrero 2010)
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