Toda esta información externa con su salida al monitor de la “computadora” es creada sólo para mí, ya que únicamente yo puedo discernir la exterioridad. Sin embargo, todos los acontecimientos suceden en el disco duro. Es desde allí que alguna forma se refleja en la pantalla. Yo tengo la capacidad de entender esta forma y en consecuencia, envío una orden al disco duro.
Esta forma externa reflejada en la pantalla es nuestro mundo. El Zóhar desea llevarnos dentro del sistema, el Creador (el disco duro), a ese lugar en donde todos los sucesos se desarrollan y actúan todas las fuerzas.
Yo no soy capaz de cambiar nada interfiriendo con las acciones en la pantalla misma. Sería como intentar borrar algo de su contenido o añadir datos a la imagen en esta pantalla. La función de la pantalla es solamente transmitir lo que está ocurriendo en el interior.
Por lo tanto, lo más importante es tratar de entrar, penetrar más allá de todas estas imágenes externas. Al hacerlo, revelaremos la forma de las fuerzas, la información, y las reminiscencias (Reshimot) en el mundo espiritual que se encuentran en este “disco duro”. Entonces podremos trabajar con todos los parámetros y cambiar todo para recibir el llenado. Sin embargo, esto sucederá bajo una condición: que vayamos más adentro.
En consecuencia, no importan las imágenes que evoca El Zóhar. Lo que importa es que queramos revelar la imagen interior en donde todo está sucediendo. Nuestros deseos actúan dentro de esto ya que no hay nada más en el universo además del deseo y la Luz.
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