Ya que los pecados de los inferiores dañan en lo alto, ellos ofrendan un sacrificio. Esa ofrenda es tal como está escrito, “Y por tus transgresiones tu madre fue apartada”, pues el pecado causa la separación entre ZA y Maljut por su daño, ya que Maljut fue despedida debido al pecado. Y la ofrenda que ellos sacrifican trae al mundo superior, ZA más cerca al mundo inferior, Maljut, y todo se convierte en uno.
El hombre nunca se prepara para pecar. Si sabe con precisión que comete un pecado, no podrá pecar. Sólo lo hace cuando no lo sabe o cree que no es un pecado.
Es imposible pecar ante el Creador. Sólo es posible cuando Él está oculto, pero entonces esto no se considera como un pecado.
Todos los pecados de los que se habla la ciencia de la Cabalá sucedieron durante el descenso desde arriba a abajo por la voluntad de la fuerza de arriba.
Subiendo de abajo hacia arriba nunca cometemos pecados. Sólo descubrimos, gracias a Él, los pecados que desde siempre existían en nosotros.
El Creador ha creado la inclinación al mal, y es imposible cometer un pecado mayor o diferente. Él se convirtió a sí mismo en su opuesto, e introdujo éste dentro de nosotros. Ahora nos lo revela de poco a poco.
Todo el mal que descubrimos, es sólo una pequeña dosis de la oposición al Creador que se oculta dentro de nosotros.
Subiendo por la escalera hacia el mundo del Infinito, descubriremos gradualmente nuestra oposición al Creador, hasta que en el nivel del infinito, Él se nos revele en su completa oposición.
Entonces, el mal será infinitamente grande en nosotros, pero al mismo tiempo tendremos la fuerza para oponernos a él.
(Extracto de la lección sobre el libro del Zóhar, correspondiente al 20 de mayo 2010)
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