Hemos pasado a través de estados similares en otras épocas de la historia, aun cuando no fueron tan trágicos o radicales como para justificar el llamarlos un “nacimiento”. Nosotros los consideramos fases de desarrollo de la humanidad.
Sin embargo, nuestro estado actual difiere de los estados previos. Hasta ahora, nos hemos esforzado por revelar y alcanzar nuevas etapas; hicimos previsiones de condiciones de cambio de vida que eran de naturaleza social, cívica, o tecnológica. Los cambios sucedieron como resultado de nuevos avances: el descubrimiento de nuevos territorios, las invenciones de armas innovadoras, y la implementación de nuevas tecnologías como el Internet que revelaron un nivel totalmente nuevo de conexión entre nosotros.Sin embargo, esas innovaciones no fueron convulsiones globales dirigidas a todos los niveles de la vida humana en todas sus esferas. No se extendían a toda la humanidad, a todos los países y continentes, a cada familia y a cada persona, de manera que ahora son universales.
Ahora, nos acercamos a este nuevo nacimiento y no podemos afirmar con confianza si ya está sucediendo o no, aun cuando sí vemos que nos estamos acercando. La crisis por la que estamos pasando es similar a la que precede el alumbramiento. Nos presiona más y más cada día, tanto individual como colectivamente.
Vemos que las personas: ya no pueden vivir en paz dentro de sus familias, se divorcian, evitan casarse, no pueden convivir el uno con el otro, no tienen idea de cómo criar a sus hijos, no saben cómo evitar problemas económicos y con su empleo.
En todas las esferas de nuestra existencia, sufrimos de una ausencia de entendimiento y falta de organización. Podemos llamar a esto una revolución total, un renacimiento universal de la humanidad en lugar de una aparición en un estado o comunidad separada porque esto está sucediendo a una escala global, integral y se relaciona con todos. Esta situación nunca antes ha sucedido. Lo peor es que no sentimos que haya un futuro.
Antes, las estructuras sociales y económicas siguientes parecían más avanzadas que las previas. Por ejemplo, cuando terminó la esclavitud, le siguió una sociedad más altamente desarrollada. Aun cuando debemos admitir que los cambios drásticos dispararon nuevas revoluciones, guerras religiosas y civiles, al mismo tiempo, las personas aun anticipaban un brillante futuro por venir.
Algunas sociedades estuvieron de acuerdo con lo que afrontaban en el futuro, y algunas no. Algunos países pasaron por transformaciones, pero otros no. En el presente, todos estamos pasando por un proceso global que nunca antes había ocurrido.
Más aun, en este momento, estamos presenciando cambios climáticos y ecológicos exhaustivos. Previamente, tuvieron lugar dramáticos cambios climáticos (calentamiento y enfriamiento global como en las eras del hielo) y siempre causaron enormes cambios en la humanidad.
Alguna vez el enfriamiento global llevó a las naciones del norte, como aquellas en el sur de Siberia y de Asia a emigrar al sur de Europa. En el pasado, todas las revoluciones ocurrieron debido a cambios climáticos, nuevas tecnologías, o países que ya no podían tolerar a sus jefes de estado.
Además, en este momento, todos los cambios están sucediendo simultáneamente: ambientales, ecológicos, y con la naturaleza interna del hombre que no es capaz de estar en paz con nada, las personas ya no pueden reconciliarse con el mundo.
Incluso los sistemas de los que somos totalmente dependientes son disfuncionales: la industria de la comida, el mercado de trabajo, las familias, la educación, y la seguridad, en esencia todo lo que el hombre necesita para sostener la vida de generación en generación.
Hemos llegado a un estado general de la cosas en todas las esferas de nuestra vida en el que nada funciona adecuadamente. Y lo más importante, no vemos de qué forma o cómo proceder.
¿Es posible observar nuestra nueva etapa y movernos hacia ella con entendimiento y consciencia? ¿Podemos actuar como personas con una visión aguda? ¿Somos capaces de mirar hacia adelante y asegurarnos de que el camino que hemos elegido es correcto? ¿Podemos calcular nuestro futuro por adelantado?
Si la respuesta es sí, entonces podemos facilitar nuestro avance y evitar deambular a ciegas; de otra manera, cometeremos errores y provocaremos nuevos problemas.
Si continuamos actuando a ciegas y cometiendo errores globales, las cosas eventualmente se pondrán horribles. Simplemente ya no podemos continuar con intentos a ciegas y cometiendo errores.
Y es por eso que comenzamos este curso educativo. Su tarea es abrir los ojos de las personas y demostrarles la situación en las que estamos todos y lo más importante, mostrarles nuestro futuro y enseñarles cómo hacer la transición del estado existente al estado futuro.
(65754 – Del kab.tv, “Una nueva vida”, episodio 1 del 12/17/11
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