LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

2.1.12

Sin intención no  hay resultado

La diferencia entre la espiritualidad y la corporalidad es que en la espiritualidad, diferencia entre la espiritualidad y la corporalidad es que en la espiritualidad, la intención es lo primero y lo más importante, y la acción que sólo sirve para implementar la intención. Sin una intención no hay acción. Incluso una intención por sí misma es una acción. Así que cada palabra que leemos en El Libro del Zóhar debe tener una intención a lo largo de todo el texto. Sólo debemos pensar en la intención y estar en ella, mientras que el texto “fluye” hacia abajo, como si estuviéramos nadando en un río y necesitáramos controlarnos y dirigirnos constantemente a nosotros mismos: ¿Cómo y en qué dirección estamos nadando? Sin la intención perdemos inmediatamente la acción. Por lo tanto, la intención debe estar por encima y por debajo de la acción, tanto en la forma en que la vemos como en prioridad. Nosotros debemos pensar constantemente en la intención: ¿Qué es lo que quiero de esto, cómo dirijo las fuerzas que se evocan durante la lectura del Zóhar con los amigos, y qué quiero como resultado de su influencia? Si no enfocamos su influencia en nosotros, no hay resultados.
(64515 – De la 2º parte de la lección diaria de Cabalá del 12/28/11, El Zóhar)
Coloca tu deseo bajo la Luz

Baal HaSulam, “La Libertad”: “Todo el saber de ellos no les ayudó a encontrar un puente por el cual cruzar esa grieta ancha y profunda que se extiende entre la entidad espiritual y el átomo corporal. Así, la ciencia no ha ganado nada con todos estos métodos metafísicos”.
La persona hereda sus atributos de sus padres. Estos atributos no pueden ser cambiados, pero la sociedad influye en ellos y les da diferentes formas. Eventualmente, la persona no se expresa a si misma sino que expresa la sociedad externa. Los atributos pueden ser diferentes, pero lo que importa es la forma que se les da: la persona puede ser un gran delincuente o un gran científico, puede matar animales o matar personas. La distancia entre un policía y un ladrón es muy pequeña, y ambos se entienden entre ellos.
De esta manera la sociedad hace lo que quiere con la persona. A pesar de que existe el núcleo preliminar en la persona, los factores que la influyen hacen lo que quieren con ella. Así son las cosas en el nivel corporal, y por lo tanto nosotros no decidimos nada aquí. Sin embargo, en el plano espiritual tenemos que descubrir la raíz del alma de la persona, el punto en el corazón, y colocarlo en un entorno que le proporcione la Luz que Reforma. Tenemos que construir un entorno espiritual que le proporcione a la persona esta Luz espiritual que influirá en su punto en el corazón y lo abrirá.
La persona por su parte tiene que rebajarse a sí misma frente al entorno adecuado y neutralizar su ego con el fin de remover las cubiertas egoístas desde el punto en el corazón. Ella tiene que sacar su punto y conectarlo con los otros puntos, para que realmente se vea que anhela el otorgamiento. A pesar de que las intenciones de ellos siguen siendo egoístas, se sienten atraídos al otorgamiento mutuo, a la fuerza a la que se asemejan, al menos hasta cierto punto, a la Luz que Reforma. Esta es la única manera de atraerla. Esta Luz influye las fuerzas egoístas en nosotros que estamos tratando de mantener en contacto, a pesar del odio que sentimos.
Así que existen el punto preliminar en el corazón, la raíz del alma de la persona, y la Luz que reforma, la fuerza que desarrolla la raíz del alma. Todas las condiciones egoístas en la persona y en el entorno, es decir, el grupo, fueron destinadas para desarrollar la fuerza de otorgamiento, la intención de alcanzar el otorgamiento tanto como sea posible. Por esta razón nos vemos vestidos en una cáscara egoísta, y también por ello nos parece que el grupo es repulsivo. Esto nos permite sacar a relucir nuestro punto y ponerlo en contraste con la Luz que Reforma. De lo contrario, simplemente no seríamos capaces de hacerlo.
De esta manera la cáscara es llamada “ayuda idónea”. Esta me permite poner mi punto bajo la Luz.
(64569 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 12/28/11, Baal HaSulam “La Libertad”)
¿Dónde está nuestra libertad?

Nosotros ya entendemos que el libre albedrío no es un término simple. Nacemos con los atributos que no elegimos, en una familia y condiciones que no elegimos, tenemos una educación que no elegimos… en resumen, fuimos formados y se moldeados sin tener libre albedrío.
Como resultado, la persona en este mundo es “cocinada” por sus padres, el medio ambiente y la sociedad… así que no tiene libertad y no podemos exigir nada de ella, después de todo, es una máquina. A ella le parece que tiene sus propios pensamientos, sus propios deseos, sus propias obras, pero en realidad estas son inevitables y se ve obligado a actuar de esa manera.
Así que, ¿cuál es el punto de la creación? Estamos hablando de un pensamiento de la naturaleza, sobre el deseo, la intención, la gran sabiduría. De hecho, el Creador, la Fuerza Superior, por definición, tiene una gran sabiduría, mucho más que toda la creación que está por debajo de Él.
Cuando estudiamos el mundo, descubrimos una inconcebible sabiduría en ella. Sólo conseguimos “rasguñar” la superficie y toda nuestra ciencia está basada en eso. De hecho, no hemos empezado a descubrir las verdaderas fuerzas, las relaciones reales, las formas reales y la conexión que existe en esta realidad.
Entonces, ¿por qué el Creador creó el mundo? ¿Para que los seres creados siguiéramos un plan preestablecido? Después de todo, el principio y el final ya los conocemos, y todo está predeterminado y no tenemos nada que decir ni libre albedrío. Todo nuestro desarrollo está predeterminado. Y para el Creador del concepto de tiempo no existe.
Así que todo esto es inútil. ¿Pueden los seres creados hacer algo de forma independiente, de alguna manera o en algún momento? ¿Algo para lo cual valiera la pena crearlo, junto con toda esa realidad?
La pregunta básica es: ¿Dónde está nuestro libre albedrío por el cual el Creador lo creó todo? Los mundos espirituales, las innumerables formas y fenómenos del universo corporal en el que vivimos, ¿todo esto sólo para que la persona realice alguna acción independiente en algún breve momento de su vida? Este es el momento que le da a todo lo demás un significado.
En la actualidad este momento es evasivo y nos deja una pregunta para la que no tenemos respuesta. Pero si encontramos el punto en el que podemos añadir un gramo por nosotros mismos, entonces toda la realidad se iluminará y tú descubrirás su maravilloso e infinito llenado…
Así que tenemos que encontrar dónde está nuestro libre albedrío. Si comprobamos esto, de manera lógica, la realidad no puede existir sin esta opción. Después de todo, no habría ninguna razón para que la sabia naturaleza creara las cosas de otra manera. En tal caso, no tendrían sentido sus acciones.
Tenemos que buscar nuestra libertad. Sin ella nuestra vida permanecerá programada, planificada, y nosotros seguiremos siendo manejados como marionetas. Tenemos que buscar el punto del libre albedrío y realizarlo. Este es todo el designio del hombre.
¿Qué es esa libertad? ¿Libertad de quién? ¿Del Creador y de sus órdenes? Por supuesto, mientras yo esté pegado a Él, yo no soy yo. Él me mueve. Así que tengo que ser libre, no de las demás personas, ni siquiera de mí mismo, sino sobre todo de Él. El Creador ha creado un cierto estado en el que yo puedo separarme de Él, de su control. Entonces seré libre.
La pregunta es: ¿Qué hago con esta libertad? ¿Qué nuevas habilidades adquiero? ¿Con qué pensamiento, con qué sentimiento, y con qué acciones puedo llenar el vacío que repentinamente se reveló para mí?
Hablaremos de esto en otro momento.
(64574 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 12/28/11, Baal HaSulam, “La Libertad”)

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