Los que atrapan la intención
Nos hemos reunido aquí para atrapar nuestra intención y para no dejarla ir, ni siquiera por un segundo. A esto se llama “hombre”, la cabeza, la aclaración; el resto no es importante. Si nos sumergirnos cada vez más profundamente en este análisis, de repente sentiremos que existimos en el espacio común. Uno es mejor, el otro es peor, pero eso no importa. Lo más importante, es que estamos todos en un espacio colectivo y que aclaramos juntos nuestra intención.
Cada persona puede estar en su propio estado, pero cuando todos analizan su intención, surge la oración interior acerca de cómo aclararla mejor y de una manera más inteligible: aunque mi intención sea egoísta o de otorgamiento en cuanto a dónde miré, qué dije, que olí, cómo me senté o qué hice, absolutamente todo, en todos los niveles. Puede llegar a un punto donde empezamos a sentir cómo corre la sangre por nuestras venas, cómo trabajan el sistema nervioso y otros sistemas dentro de nuestros cuerpos.
La persona verá toda la creación desde adentro hacia fuera, como si fuera transparente y se dará cuenta de que todo está funcionando en aras de la recepción egoísta. Mientras que, viendo esto, quiere aclarar lo que podría significar “por el bien de otorgar”.
Como resultado de los esfuerzos por aclarar la intención, empezamos a sentir al grupo. Y luego, cada esfuerzo individual se agrega al resto, en la aclaración de la intención y el anhelo de alcanzar la cualidad de otorgamiento. La intención de otorgar no puede ser privada, individual. Siempre está conectada con las intenciones idénticas de otros.
Por lo tanto, en esta intención por otorgar, en la aspiración hacia esto, de repente empiezo a sentir que no estoy solo. A mi lado se encuentran enormes fuerzas que de repente noto, grandes fuentes de otorgamiento: las almas de los cabalistas de todas las generaciones. Me siento como un niño pequeño que quiere unirse a ellos: tomarles sus manos para que me puedan guiar, al igual que un adulto toma al niño de la mano, lo dirige y le enseña.
Se nos dice que: “El alma de una persona le enseñará”. Mi anhelo por la intención de otorgar me coloca en el círculo colectivo. Entonces alcanzamos la conexión, y cualquier pensamiento sobre mi intención, que puede estar equivocado, así como mi búsqueda por la intención correcta de otorgar, todo junto está incluido en nuestra oración común. Y a esta oración se le conferirá una respuesta.
Si tenemos éxito en unirnos dentro de esta intención de otorgar aunque sea un poco, entenderemos la necesidad de la garantía mutua en la que cada uno influye y ayuda a los demás. Cada uno de nosotros agrega al resto su propio deseo de otorgar. Entonces, esta oración alcanzará la raíz superior y esta raíz nos revelará la posibilidad de vivir en la intención de otorgar.
Sólo entonces nos daremos cuenta que toda esta realidad, de hecho, es egoísta. Nada cambia entre ésta y la realidad superior, todo se queda como estaba: los niveles inanimados, vegetativos, animados y humanos de la naturaleza. Sólo empezamos a verlos desde una perspectiva altruista, a través del prisma del otorgamiento. Luego, de hecho, estaremos buscando a través de esta realidad, incluso a través de nuestro propio cuerpo, y veremos un mundo inverso manejado por la intención opuesta. Veremos el mundo infinito, perfecto, además del que vemos hoy.
(71246 – De la Convención en la Aravá del 2/23/12, Lección # 1)
Los guías de la última generación
Publicado en marzo 13, 2012 a las 10:00 am
Baal HaSulam, “La Paz”: Al estudiar la ciencia de la Cabalá con la intención altruista, el pueblo de Israel debe preparase a sí mismo y a todos los habitantes del mundo hasta que evolucionen, con el fin de asumir este elevado trabajo del amor por otros, el cual es la escalera hacia la meta de la creación, a la adhesión con el Creador.
Esto no depende de nosotros, sino de la raíz del alma. Por una parte, somos enormes egoístas con un deseo áspero e implacable, y es por eso que somos corregidos en la última generación; por otra parte, nos caracteriza el fenómeno más fino, las Reshimot (genes de información) más puras, y por lo tanto pertenecemos a la cabeza de la última generación.
Este antagonismo, esta contradicción toma formas extremas en nosotros, comparadas con las de todas las otras generaciones. En relación a nosotros, fue fácil para ellos revelar al Creador, alcanzar el otorgamiento y la unidad. Ellos tenían una afinidad para ello y lo entendían; esto no provocaba tantos rechazos y obstáculos. Tal vez, experimentaban más problemas materiales, pero menos obstáculos espirituales.
Aparte de eso; nosotros no tenemos alternativa; no hemos elegido nuestra tarea. De cualquier forma, con el fin de guiar al mundo, de entenderlo completamente, y de guiar a todos sus habitantes hacia la meta de la creación, debemos conocer el sistema del universo por completo, todo el programa del Creador, y ser capaces de realizarlo con todas las almas que serán abiertas ahora y nos seguirán.
Hasta ahora, no hubo corrección en el verdadero sentido de esta palabra. Todo estaba limitado por las vasijas de JBD (Jojma, Bina, Daat) y HGT (Jesed, Guevura, Tifferet), que pertenecen a Bina, al otorgamiento. Fueron rotas y corregidas sólo para sostener la plenitud del Partzuf, la fuerza de otorgamiento ¿Pero dónde actúa esta fuerza y qué corrige? Actúa y lleva a cabo correcciones en las vasijas de NHY (Netzaj, Jod, Yesod) a quienes hoy les llega su turno.
Entonces, en realidad pertenecemos a la parte más poderosa, a la peor y al mismo tiempo a la mejor parte. Por lo tanto, no es fácil. Nuestro camino y análisis requiere de tales esfuerzos que son inconmensurablemente más grandes que los esfuerzos de nuestros predecesores y sucesores.
Sin embargo, está dicho: “Por el sufrimiento, recompensa”. Y esta recompensa es un entendimiento, sensación, y alcance de la plenitud del mundo. Sólo nosotros podemos entender y sentir a todo el Creador, absorberlo a Él. Y por lo tanto, debemos estar orgullosos.
La paz en el mundo precede a la reunión de los exiliados. Mientras el auto amor y el egoísmo prevalezcan entre las personas, los hijos de Israel no serán capaces de servir al Creador en pureza. La paz en el mundo es la única vasija que nos deja obtener la bendición de los antepasados.
Nosotros revelaremos al Creador, pero una imagen completa puede verse sólo al final cuando el mundo entero nos siga y llegue a la corrección. Después de todo, el mundo es nuestra vasija, y tendremos que ayudar a las naciones a corregirse y a unírsenos. Sólo entonces corregiremos toda la vasija, y todas las naciones se unirán en el trabajo en aras del otorgamiento, en unidad.
Como la cabeza de todo este sistema, tendremos que trabajar, viniendo una y otra vez como representantes, como directivos responsables. El Creador mismo nos puso ante eso, y debemos estar orgullosos de nuestra misión única.
Ninguno sabe por qué se le ha confiado esa misión, por qué ha pasado reencarnaciones, y por qué precisamente a él y no a su vecino se le dio este papel. Y por lo tanto, necesitamos respetar a todos nuestros amigos, amar a cada uno de ellos porque cada uno es mi compañero en muchas reencarnaciones, es decir, correcciones que nos esperan. Seremos incluidos en un solo sistema y nos acercaremos el uno al otro. Es por eso que necesitamos entender más, esforzarnos por sentir más internamente, ser incluidos el uno en el otro. Entonces en total, llegamos a la meta. Baal HaSulam y Rabash escribieron mucho sobre esto en sus artículos.
Necesitamos ver a los amigos no en su forma material, sino como varios tipos de almas, chispas, puntos en el corazón. Es interesante como los organiza el Creador. Entenderemos el orden correcto después, qué es el sistema JBD, diseñado por un lado para comprender toda la aspereza del deseo, y por otro lado, para entender qué es el Creador y cómo trabajar con esta vasija, que abre para todos su profundidad.
El orden general es el siguiente: El Creador es primero revelado en nosotros, en los deseos de JBD; después, adaptamos el propósito de la creación al deseo de HGT, y a partir de ahí, la corrección llega a las verdaderas vasijas de NHY.
(72127 – De la Convención en la Aravá del 2/25/12, Lección 7)
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