LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

30.3.12

Un nuevo nivel de unidad

No debemos pensar sólo en cómo reunirnos con el fin de sentir la fuerza superior entre nosotros, su plan, su objetivo, lo cual nos ha desarrollado a lo largo la historia….
La chispa que apareció en nuestro mundo desde el Big Bang desarrolló toda la materia al transferir a ella toda su energía, toda la información, y luego obligar esta materia a unirse. Al principio, la materia se reunió de la energía y luego aparecieron las partículas. Ellas comenzaron a conectarse y a crear átomos, moléculas y cristales diferentes.
En el nivel inanimado, es simplemente una aspiración a aferrarse el uno al otro y por lo tanto sentir un mayor estado de conexión. Es por medio de la conexión, de la facultación, que se alcanzan los estados siguientes: los elementos particulares de la naturaleza, todas sus partes mayores.
Entonces aparece el nuevo nivel, el nivel vegetativo (Ruaj), en el que las partículas comienzan a moverse, a consumir y a emitir, y a pasar de una a la otra. Una vez más, todo se desarrolla sólo por medio de la conexión mutua. El siguiente nivel, el animado, es cuando los animales tienen crías y ya se organizan en familias.
Luego viene el hombre que no sólo se conecta con los demás, sino que crea sociedades muy complejas, diferentes grupos, tribus y familias. Él construye y desarrolla. Pero una vez más, todo se basa en la unificación. Estas unificaciones son egoístas, y son esenciales para el siguiente nivel de desarrollo.
Así, la naturaleza constantemente nos impulsa a avanzar en dirección a una mayor unidad. En esto se basa todo.
Nosotros ahora estamos en un nivel superior de unidad. Nos estamos moviendo en la misma dirección, pero la unificación tiene que ocurrir por nuestra participación consciente: Tenemos que participar en esto y cumplirlo nosotros mismos.
La naturaleza nos empuja hacia un desarrollo forzado, al igual que en las etapas anteriores. Pero no podemos pasar automáticamente al siguiente nivel. Tenemos que quererlo nosotros mismos porque sólo mediante el aumento de nuestra conciencia, podemos crear un órgano sensorial para identificar y recibir la Luz superior, la Fuerza superior.
Aquí tenemos que ser incluidos en cada uno de manera personal y anti-egoísta, y esta conexión no debe estar basada en la unidad común y corriente como en los estados anteriores. La unidad actual se construye a pesar de nuestras tendencias naturales, porque ahora tenemos que asemejarnos a la fuerza superior y no sólo unirnos.
Así, en la unificación actual tenemos que pensar e incluir dentro de nosotros mismos a todos nuestros amigos de todo el mundo. Ellos están aquí, junto con nosotros. Tenemos que sentir todos sus deseos, sentimientos, pensamientos, planes, y esperanzas aquí en esta sala y entre nosotros, lo cual es aún mejor.
Al mismo tiempo, tenemos que pensar en la humanidad: Qué podemos hacer para que ellos también sientan qué es el siguiente nivel de su desarrollo, y a qué nivel de reconocimiento y sensación deberíamos elevarnos nosotros, los seres humanos, al convertirnos en una imagen unificado del hombre, o “Adán”, que significa “similar al Creador”.
Lo más importante es no olvidar que la meta de nuestra unidad es conectarnos con la fuerza superior de la naturaleza, que lo llena todo a nuestro alrededor, lo determina todo, que es la base para todo, y que creó todo el mundo a partir de una chispa de su energía. A través de la chispa que se ha desarrollado hasta este estado, seremos capaces de trascender a la siguiente dimensión, a la cual nuestra evolución nos está llevando hoy en día.
Por lo tanto, nosotros, todos aquellos que entendemos, que queremos entender y percibir este método, nos hemos reunido aquí de todas partes del mundo. Todos esperamos tener éxito en eso. Todo depende únicamente de nuestras intenciones, de nuestro anhelo interior de unidad mutua colectiva.
(73635 – De la Convención en Vilna del 23 de Marzo del 2012, Lección 1)

Construyamos una terraza común para el mundo

A pesar de que somos diferentes, aun así nos las arreglamos de alguna manera como en una familia. Es cierto que no es fácil. Digamos que yo tengo una mamá y papá, también una esposa, y cada uno de nosotros tiene hermanos y hermanas de ambos lados, sus hijos, nuestros hijos. Nosotros debemos tener en cuenta a los demás puesto que somos mutuamente dependientes, tanto de forma positiva como negativa. Es por eso que no tenemos ninguna intención de cambiar y reformarnos unos a otros.
Es comprensible que si en el pasado yo encontré una mujer que posiblemente es diferente a mí en su personalidad, pero de acuerdo a otras consideraciones, hemos decidido estar juntos, entonces en esta decisión de estar juntos, nosotros esencialmente aceptamos y acordamos sin hablar de ello siquiera, que llevaríamos una vida compartida que no siempre podría llevarse suavemente. Tendremos que hacer concesiones a los demás, estar de acuerdo con la opinión del otro, ya sea parcial o totalmente, y así sucesivamente. Sin embargo, nos conectamos unos con otros, al no tener otra opción, porque queremos crear una familia, para criar nuestros hijos, y para apoyarnos mutuamente.
Las parejas jóvenes carecen de este tipo de educación, que enseña cómo llevarse bien unos con otros a pesar de las diferencias. A pesar de que creemos que elegimos libremente al compañero de vida más adecuado para nosotros, en realidad, aun así somos muy diferentes. Para los animales, el apareamiento ocurre instintivamente, pero las personas, dado que sus cálculos son corruptos, buscan algo especial, incluso raro, sin darse cuenta de que, precisamente debido a ello tendrán dificultades de comunicación.
La falta de educación, comprensión y formación relacionada con la vida compartida, así como la incapacidad para ceder ante el otro, nos llevan a una crisis de la institución familiar. En nuestros días, más de la mitad de la población de la tierra, especialmente de los jóvenes, son solteros. Ellos no están listos para casarse y no quieren tener hijos porque se sienten incapaces de cuidar de alguien.
Esta crisis ha estado sucediendo desde hace décadas, y hoy nos vemos obligados también a resolver problemas análogos entre los países. Después de todo, cada uno de nosotros, al menos en relación a los países vecinos, da y recibe, al igual que en una pareja casada. Por esta razón también es necesario aprender a nivel internacional, cómo hacer concesiones y conectarnos por encima de todas las diferencias y desacuerdos. Sin embargo, nunca se nos enseñó a hacer esto.
Entonces, ¿cómo puede hacerse esto realmente? ¿Cuál es la técnica para hacer concesiones, puesto que sólo a través de conceder demostramos nuestra buena intención?
A falta de otras opciones, actualmente nos encontramos en la crisis que nos enseña las cosas más urgentes. Y la gente siente la urgencia de tal manera (y ahí radica nuestra esperanza), que se nieguen a aceptar el “divorcio”, ya que el divorcio entre los países, significa guerra.
Espero que nos demos cuenta que no tenemos una elección y que tenemos que actuar con moderación. Es por eso creamos la ONU, un lugar donde se supone que todos pueden reunirse y discutir la cooperación pacífica, así como muchas otras organizaciones que se ocupan de la educación y la sanidad.
Por ejemplo, en Ginebra hay organizaciones internacionales que yo ni siquiera me había dado cuenta que existían. Existe una comisión en las frecuencias de radiodifusión que garantiza que cada estación de televisión y radio en el mundo tiene su propia frecuencia y no interfiere con las demás. Hay un consejo en materia de fabricación de drogas, productos médicos, y servicios, lo que determina las normas en este campo. Esto nos permite entender al otro, y por lo tanto un médico, al manda un tratamiento a su paciente en un país diferente, es capaz de explicar a su colega todos los matices de los procedimientos requeridos.
Incluso hay organizaciones que monitorean las banderas de cada país, para que de repente no aparezcan dos banderas idénticas. Existen normas en todos los campos, porque estamos llegando a estar tan interconectados y cercanos uno del otro, que tenemos que establecer leyes para regular todos los aspectos de nuestra interacción.
Y al igual que un parlamento de cada país establece las leyes para la interacción de sus ciudadanos, este también se realiza hoy en una escala global para el mundo entero. Este tipo de organizaciones han existido desde hace ya algunas décadas, y sin ellas las cosas serían muy difícil para nosotros.
Pero hoy el problema no está en el establecimiento de un lugar para todos. La situación actual nos obliga a construir alguna “terraza” común que consiste en la comprensión mutua y la sensación de que estamos en la misma habitación, por así decirlo. En estas circunstancias es muy difícil para nosotros estar juntos si no tenemos una buena conexión entre nosotros.
Debemos sentir no sólo la cercanía, sino una interdependencia que nos exija a todos cambiar la actitud hacia los demás. Queramos o no, somos interdependientes, estamos conectados y unidos en diferentes niveles: alimentación, vestido, educación, cultura, tecnología, suministro de energía, agua e incluso aire.
Si la industria de alguien contamina la atmósfera, no tenemos nada que respirar. Todos estamos familiarizados con los Protocolos de Kyoto que establecen límites a las emisiones de subproductos de residuos y contaminación atmosférica.
Yo creo que vale la pena dar una lista de esas organizaciones internacionales y los asuntos con los que trabajan. Luego nos sentiremos el alcance de nuestra conexión. Una parte de estas organizaciones se encuentran en París, Londres y Nueva York, pero la mayoría de ellas se encuentran en Ginebra.
Esto es muy importante porque da a la gente una idea de esa dependencia mutua que es difícil de creer. Es mucho grande que una familia. En una familia, yo no puedo dejar de hablar, discutir, e incluso alejarme durante algún tiempo.
Pero aquí, es imposible. Resulta que todos los países existentes, ya están dentro de un único mosaico, y nadie es capaz de salir de él o de comportarse de la manera que les plazca. Vemos que cada vez que alguien intenta hacer algún movimiento independiente, nunca funciona. Después de un tiempo regresan, o tal vez ni siquiera van más allá de intentos verbales, sin llegar nunca a las acciones prácticas, ya que en nuestro tiempo esto no es factible.
(67792 – Del Kab.tv de “Una nueva vida”, episodio 5 del 2 de Enero del 2012)

Cuando el dinero dirige el espectáculo

La catástrofe ecológica que enfrentamos es el resultado de una búsqueda interminable de ingresos acumulados a través de la venta de productos y la competencia de cuentas bancarias de billones de dólares. Tuvimos la ilusión de que esto nunca terminaría, pero ahora todo esto acabó, ya no quedan consumidores y no tenemos hacia dónde avanzar.
La crisis se manifiesta en la educación, la cultura (interrelaciones), y en las dificultades en curso, cuando se trata de satisfacer nuestras necesidades inmediatas. Los fabricantes todavía tienen el potencial para desarrollar, pero no hay casi nadie que sea capaz de comprar sus productos. Grandes grupos de la población de los países occidentales que han perdido sus ingresos, no pueden comprar los bienes a la misma velocidad que solían hacerlo antes. Anteriormente, los bienes eran producidos y consumidos dentro de un completo ciclo de bienes monetarios. Ahora, el ciclo se ha roto.
En algún punto los capitalistas llegaron a la decisión equivocada: ellos solos comenzaron a jugar con las finanzas, separados de los productos. Se creó “burbuja” grande e inflada, que añadió su contribución a la crisis global. Debido a que la burbuja está desprovista de contenido real, es arrastrada con la ayuda de la publicidad y con un juego que tiene lugar entre los distintos bancos y sistemas financieros.
Por lo tanto, en ninguna de las esferas de la actividad humana, en la educación, la cultura, las relaciones interpersonales, las personas son capaces de vivir como antes. La humanidad está indefensa.
Miremos a España como ejemplo: Los jóvenes que recibieron una educación universitaria en Europa no pueden encontrar trabajo, no pueden casarse porque no tienen capacidad para mantener a sus familias, ni pueden avanzar en sus profesiones. Todos quieren poner en práctica sus conocimientos, tener una familia, comprar una casa, etc., pero nadie los necesita. Las personas no puede realizarse, ya que no pueden encontrar un lugar para ellas en ninguna parte, ellas no pueden llevar una vida normal. Todo lo que tienen es desempleo e incertidumbre.
Esto se está extendiendo por todo el mundo. La persona no tiene solución en una situación en la que sólo yo me preocupo por mí mismo y no me preocupo por el mundo, y si no cuidamos de los demás, no podemos proporcionarles un medio de subsistencia. No nos importan los demás, por lo tanto, por un lado, tiramos una gran cantidad de bienes de sobra, y por otro lado, el superávit no llega a los destinos correctos en los que se necesitan desesperadamente. Nuestro ego no nos permite cuidar de los demás. Sólo si sentimos una amenaza empezamos a satisfacer sus necesidades.
Como otro ejemplo, demos un vistazo a África, que una vez produjo mucho y se desarrolló notablemente. Pero entonces, los europeos comenzaron a deshacerse de sus importaciones, a un precio reducido. Esto destruyó el mercado local, los africanos dejaron de producir artículos de primera necesidad, la gente abandonó sus anteriores puestos de trabajo y profesiones. Más tarde, las mismas empresas que redujeron artificialmente los precios mientras introducían sus productos, comenzaron a subirlos una vez que la competencia local fue eliminada. Como resultado, los africanos se quedaron sin medios, y su situación de pobreza persiste hasta nuestros días.
Hay condiciones muy duras en el mundo y estas son agravadas por una profunda crisis global. Ésta afecta tanto a países desarrollados como a las naciones del Tercer Mundo, algunas de las cuales sólo están empezando a desarrollarse. Todo esto es causado por el egoísmo humano. Pero también estamos sintiendo que estamos conectados: Todos estamos flotando en un bote, y si alguien daña el barco, esto nos afecta a todos. No podemos avanzar. Nuestro egoísmo funciona como un boomerang y golpea a todos y cada uno de nosotros.
En Europa, esto aparece de una forma muy peculiar. Con el fin de alcanzar el poder y el éxito, las naciones europeas iniciaron conexiones de beneficio mutuo, y es imposible separarlas. Apartarlas podría causar la destrucción total. En consecuencia, en vez de un mercado común, producción conjunta, y una sociedad unida, somos testigos de un estado peligroso, que no permite que nadie mueva un dedo sin el consentimiento de los demás.
Ya hemos abordado la necesidad de tomarnos en cuenta unos a otros. A pesar de ello, la historia europea está llena de guerras y conflictos y una cuenta numerosa de acontecimientos trágicos, matanzas, y sometimiento de una nación a otra… Aún así, hoy no hay otro camino para los europeos, sino hacer la transición hacia la cooperación a pesar de que todavía sea originada por el odio y la indiferencia. No basta con contar con los demás, vemos que esto no funciona. Gradualmente se aclara que un mercado común no tolera viejas leyes económicas que están construidas sobre una base egoísta. El viejo sistema no funciona más.
Hoy en día, tanto la naturaleza humana como el entorno traen una nueva condición: la compasión egoísta no funciona, hay que poner en práctica el amor a nuestros vecinos.
Es difícil pronunciar estas palabras. Parecen tan irreales, tan lejanas de nosotros. Nuestros corazones las rechazan.
Sin embargo, seguiremos acercándonos a este estado si conseguimos atraer sobre nosotros la fuerza irresistible. Hoy en día, la naturaleza nos obliga a ganar el amor de nuestros vecinos puesto que la única alternativa es morir debido al hambre, las enfermedades y cataclismos. Es nuestro deber formar una fuerza alternativa que nos obligue a avanzar hacia el amor mutuo.
¿Qué tipo de fuerza es esa? Esto lo hacen los que nos rodean, organizados de una manera que nos empujen a unirnos aún más que la ecología, la economía, la educación, la posible falta de suministro de alimentos, etc. La sociedad debe ser lo suficientemente fuerte como para sostener nuestra naturaleza egoísta, imponer un nuevo tipo de relaciones entre nosotros, y así nos llevarnos de un extremo a otro, del odio al amor.
(Del Kab.tv de: “Una nueva vida”, episodio 13 del 11 de Enero del 2012)

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