LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

12.4.12

El derecho a sentirse ofendido

Pregunta: En el curso de las interacciones entre las personas pueden surgir algunas emociones fuertes. Pueden ser tanto positivas como negativas. ¿Cómo y dónde debería uno realizar estos estados emocionales, debería suceder en el grupo o en algún otro lugar?
Respuesta: Uno puede realizar sus emociones como le guste siempre y cuando estas se deriven de una visión integral. Si no se derivan de una visión integral, entonces aquella persona puede causar daño a otro. Aquella persona puede hablar o gritar algo áspero cuando vea una acción o resultado negativo, pero no causará daño a otros.
Pregunta: Si alguien tiene un arrebato y dice cosas hirientes, ¿es mejor reconciliarse inmediatamente o darle un poco de tiempo?
Respuesta: Es imposible tranquilizar todo de forma inmediata al decir démonos las manos y abracémonos. Esto tiene que ser aclarado. Es muy posible que cada uno de nosotros tenga el derecho a explotar y el resto tenga el derecho a enfadarse. Todo esto es correcto y normal. Esto ocurre con nuestros niños a quienes amamos mucho, pero a veces su comportamiento es tan insoportable que no podemos tolerarlo. Esto también lo observamos en los animales, cuando la madre le da en la cabeza al bebé o le da un golpe en la oreja.
No hay nada de qué avergonzarse. Dentro de un marco específico son aceptables los estallidos y los fuertes sentimientos. Tenemos que examinar estas cosas ya que aun estamos en el proceso de perfeccionar el proceso de formación y aun no hemos alcanzado su estado final.
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Un proceso infinito

Pregunta: Los estudios universitarios generalmente están divididos en varias etapas: primero, segundo, tercer año y así sucesivamente. ¿La educación integral debería también estar dividida en etapas formales como en una universidad?
Respuesta: Claro que sí porque la persona tiene que ver las etapas por la que ella atraviesa. Se la estimula y se la motiva y esto es absolutamente esencial.
Por otro lado, durante los estudios nosotros deberíamos hablar constantemente acerca del hecho que todo se basa en los cambios, en la auto transformación, el mejoramiento de uno mismo y la convergencia entre nosotros y la naturaleza, de tal manera que la sociedad humana también comience a ser integral, igual y más cercana a la mutua cooperación como toda la naturaleza. Entonces las personas deberían entender que este es en realidad un proceso infinito como la vida misma.
Con el tiempo la persona comienza a sentir el infinito, la eternidad de toda la naturaleza y se acerca a ella cada vez más. Ella empieza a sentir que está en paz como toda la naturaleza y puede otorgar por encima de sus deseos y pensamientos porque comienza a estar en contacto con esta. Este contacto se siente en la persona muy claramente. Ella ve cómo ejerce influencia en el mundo que la rodea, incluso en el nivel inanimado, y ni que decir del vegetativo y del animado.
Nuestro rol es alcanzar un estado en el que la naturaleza influya sobre nuestros deseos, pensamientos e intenciones y nos ponga en un absoluto equilibrio, en absoluta comodidad con el mundo que nos rodea. Por más extraño que esto parezca, cuando la persona en realidad se siente en armonía con todo lo que existe, la sensación de vida y de muerte desaparece.
Las personas tienen una cierta discrepancia entre la comprensión y la conciencia de qué es la vida. Si nosotros les ofrecemos una idea al respecto, poco a poco esta penetrará en ellas y comenzarán a entender que nuestro movimiento hacia el equilibrio con la naturaleza, nos provee de algo sobrenatural, y no sólo una existencia cómoda y la oportunidad de multiplicarse.
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Evolución y divina providencia

Pregunta: ¿Cómo podemos reconciliar la evolución con la divina providencia?
Respuesta: Todo es acorde en el universo. Todo es controlado, excepto el libre albedrío, con el fin de acelerar nuestro progreso según el grado de nuestra consciencia de las leyes del Creador y seguirlas voluntariamente a pesar de nuestro egoísmo. Somos creados en similitud al Creador, y entonces en nuestro mundo nos encontramos en oposición a Él.
Y según el grado de nuestra aspiración voluntaria de llegar a ser como Él, es decir, en la propiedad de otorgamiento y amor, a pesar de nuestro egoísmo, revelamos el mundo superior, el espacio lleno de la fuerza revelada de otorgamiento y amor, el Creador. Pero todo esto tiene lugar de acuerdo a las leyes de las cuatro etapas de desarrollo de la Luz directa.
Entonces, existen cuatro constantes fundamentales que construyen nuestro trabajo. Sus valores numéricos están basados en la proporción entre la Luz y el deseo y determinan toda la estructura del mundo: átomos, planetas, estrellas, y la vida en la Tierra. Todos los sistemas naturales son el resultado del equilibrio entre las cuatro interacciones:
  • El poder de la gravedad tiende a comprimir
  • La fuerza electromagnética crea presión interna
  • La fuerza liberada en los procesos nucleares
  • La fuerza de las interacciones nucleares fuertes y débiles.
La estructura de cualquier sistema depende de la interacción de esas fuerzas, es decir, de los valores numéricos de las constantes fundamentales; un cambio muy pequeño en ellas hubiera hecho imposible la existencia del mundo. Es absolutamente inconcebible que tan increíble correspondencia, fuera resultado del azar.
Para sobrevivir, un ser humano requiere de condiciones especiales, y cualquier cambio en el valor numérico de las constantes fundamentales erradicaría la existencia de vida.
Por lo tanto, en su progreso espiritual, la persona debe seguir las reglas de las relaciones de la Luz y el deseo, y entonces, ellos llegarán a la unidad, y la persona sentirá la manifestación de vida en su unidad (similitud). Por lo tanto, en las cuatro etapas (alfabéticas) de la distribución de la Luz (el Nombre del Creador), la física, la evolución, y el gobierno superior coinciden.
(70311)
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La insoportable amargura de la esclavitud

Shamati, articulo 159: Esto significa que Israel está bajo el dominio de cierta nación, esta nación los controla y ellos no pueden retirarse de su dominio. Así, ellos probaron lo suficiente el sabor en este trabajo y no pueden ser redimidos.
Entonces, ¿Qué hizo el Creador? “El rey de Egipto murió”, es decir, ellos perdieron esa servidumbre. Así que no pueden seguir trabajando…
¿Es bueno que el Faraón haya muerto? Después de todo él acerco a los hijos de Israel a la Santidad, al obligarlos a cumplir dos discernimientos en ellos. Por una parte, ellos tienen ollas llenas de carne, pero por el otro, eran esclavos.
Si no pensamos en la espiritualidad, entonces olvidamos la esclavitud y no sentimos que somos esclavos. Tú trabajas para tu ego y obtienes buenos beneficios. La esclavitud comienza cuando a pesar de que las ollas están llenas de carne, tú sientes que no tienes espiritualidad, porque no alcanzas la conexión y el amor, la oportunidad de salir del ego.
La esclavitud se siente solo cuando tienes dos puntos de discernimiento: en el nivel corporal todo está bien, pero en el nivel espiritual, no hay nada y no habrá nada. En este caso es llamado “esclavitud”, el dominio de la materia en el espíritu. El Creador nos escucha solo cuando nos conectamos entre nosotros y comenzamos a separarnos corporalmente de la espiritualidad y vemos que tenemos que buscar el punto espiritual en la conexión entre nosotros.
Es por esto que somos llamados “los hijos de Israel” y “hermanos que se sientan juntos”, aquellos que se perciben a sí mismos como esclavos en Egipto, quienes no tienen el poder de alcanzar la conexión. Al principio todo parecía posible, era bueno y maravilloso. Entonces comenzaron los problemas y podemos ver eso en diferentes grupos. Esta es la segunda fase de la esclavitud en Egipto, en la cual los hijos de Israel se quejan del arduo trabajo. Ellos no pueden conectase, pero en lugar de escapar, continúan trabajando en conexión.
Si la persona no deja el grupo debido a esto, si no que continúa golpeando en este punto, tratando de alcanzar la conexión, entonces eventualmente ella se desespera y llora porque carece de poderes. Si estamos conectados, recibimos una vasija para descubrir al Creador, pero no podemos crearlo por nosotros mismos por que la persona no puede alcanzar acciones espirituales por sí misma.
Entonces nos quejamos por este trabajo, el cual significa que entendemos que necesitamos la ayuda de Arriba. Solo ella puede corregirnos y conectarnos. Este clamor ya es nuestra salvación, la gran revelación de que “no existe nadie aparte de Él”, y que solo Él puede conectarnos. Hemos alcanzado el deseo de conectarnos por nuestro trabajo cuando entendimos que esto es lo único que necesitamos sin dejarnos tentar por alguna condición corporal, sin importar cual sea.

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