LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

2.4.12

Los malvados tienen su propia verdad

Yo necesito separar los resultados de cada una de mis acciones y cada estado en dos partes:
1. El estado mismo vino del Creador, y siempre es bueno;
2. Mientras que yo, de acuerdo a mis deseos, puedo llamarme a mí mismo “malvado” o “justo”, dependiendo de si puedo justificar este estado o no.
Por otra parte, ¿qué criterios debo utilizar para justificarlo? Si es agradable para mí, entonces por supuesto que lo justifico. ¿Entonces qué soy yo en este caso, el “malvado” o el “justo”? Yo soy el malvado porque justifico al Creador de manera egoísta.
También podría ser todo lo contrario: Mi estado es malo para el deseo de recibir y bueno para el deseo de otorgar, puesto que me permite seguir adelante. Resulta que el Creador está ayudándome al enviarme una sensación mala para que yo no permanezca en el mismo lugar y en vez de ello me dé cuenta de que todavía hay cosas que requieren corrección en mi relación con Él.
Siempre son necesarias las autoevaluaciones veraces y precisas. Todo depende de la persona que alcanza el estado dado, que lo analiza correctamente, y llega a una demanda. ¿Y qué demanda? Él pide las fuerzas del otorgamiento, y nada más.
Si yo pido lo bueno, esta demanda será egoísta. Al mismo tiempo, no soy capaz de pedir que mi egoísmo sea dañado. El ego mismo se esconde en dicha petición.
¿Cómo puedo pedir que alcanzar el siguiente estado, que sin duda es presagia daños a mi egoísmo? ¿Podría realmente pedir al Creador que me corrija, que Él me quite lo más preciado que tengo ahora? Si en mis deseos actuales anhelo los placeres, ¿cómo puedo pedirle que yo deje de recibir placer? Esta no será una aspiración del corazón, sino simplemente palabras que no cuentan en la espiritualidad.
La persona no tiene posibilidad de elevar una plegaria por la corrección, por sí misma. La única manera es apelar desde el punto en el corazón (sin añadir nada propio, puesto que el egoísmo reina dentro de mí) al conectarse con el grupo, al mismo tiempo. Sólo junto con los amigos puedo yo hacer mi contribución a la oración común por la corrección. Y esta oración nos ayudará.
(73979 – Desde la 4° parte de la lección diaria de Cabalá del 29 de Marzo del 2012, “Introducción al TES”)

La mujer es un deseo

Pregunta: Todos nosotros, hombres y mujeres por igual, estamos buscando maneras de ascender al siguiente grado. ¿Cómo puede una mujer llegar a la comprensión correcta de este? Después de todo, los hombres se unen y discuten estas cuestiones en los grupos, mientras que la mujer no participa en este proceso.
Respuesta: La mujer es la vasija que el hombre necesita llenar con su trabajo hacia el Creador. ¿Con qué llena él esta vasija? Con el Creador. Aquí el hombre actúa sólo como un medio. Esto es lo que llamamos una pantalla y la Luz Reflejada. Este es el trabajo de los hombres. Y el trabajo de las mujeres es un enorme deseo por la revelación del Creador.
Entonces, ¿dónde ven ustedes un papel pequeño de una mujer, si ella es en realidad el deseo mismo, sin el cual el hombre no tiene nada que hacer? Esto es por qué los hombres solteros no fueron aceptados en la Cabalá. ¿Qué hay allí para que haga, si no tiene una esposa? Esto es llamado “la mitad de un cuerpo”. Hay un concepto en la Cabalá: Un hombre soltero es la mitad de un cuerpo. Con la mitad solamente de un cuerpo no puedes venir a estudiar.
Es por eso que tenemos que entender cuál es el papel de la mujer.
(73951 – De la Convención en Vilna del 24 de Marzo del 2012, Lección 3)

La colaboración: Una propiedad inherente en la Naturaleza

Opinión (Fritjof Capra, Doctor en filosofía, físico y teórico de sistemas, un director fundador del Centro para el Ecoalfabeto en Berkeley, California): “La visión de los sistemas apunta hacia el mundo en términos de las relaciones y la integración. Los Sistemas son totalidades integradas cuyas propiedades no pueden reducirse a aquellas unidades más pequeñas. En vez de concentrarse en bloques de construcción o sustancias básicas, el enfoque de los sistemas enfatiza los principios básicos de organización. Los ejemplos de los sistemas abundan en la naturaleza. Cada organismo, desde la más pequeña bacteria a través de la amplia gama de plantas y animales hasta los seres humanos, es un todo integrado y por lo tanto un sistema de vida. Las células son sistemas vivos y también lo son los diversos tejidos y órganos del cuerpo, siendo el cerebro humano el ejemplo más complejo. Pero los sistemas no se limitan a los organismos individuales y a sus partes. Tales aspectos de totalidad son exhibidos por los sistemas sociales tales como un hormiguero, una colmena o una familia humana, y por los ecosistemas que consisten de una variedad de organismos y materia inanimada en interacción mutua. Lo que se conserva en un área silvestre no son árboles u organismos individuales sino la compleja red de relaciones entre ellos.
“Cuanto más uno estudie el mundo de los seres vivos, más se da cuenta de la tendencia a asociarse, a establecer vínculos, a vivir dentro de otro y a la cooperación son características esenciales de los organismos vivos. Como Lewis Thomas ha constatado, “Nosotros no tenemos seres solitarios. Cada criatura está, en algún sentido conectada y es dependiente del resto”. Las redes más grandes de organismos forman ecosistemas, junto con varios componentes inanimados vinculados a los animales, a las plantas y a los microorganismos a través de una intrincada red de relaciones que involucran el intercambio de materia y energía en ciclos continuos. Como organismos individuales, los ecosistemas son sistemas de auto organización y auto regulación en los cuales las poblaciones particulares de organismos se someten a fluctuaciones periódicas. Debido a la naturaleza no lineal de las vías e interconexiones dentro de un ecosistema, cualquier grave perturbación no se limitará a un simple efecto sino que es probable que se extienda por todo el sistema y puede incluso ser amplificada por sus mecanismos de retroalimentación internos”.
Mi comentario: Hoy en días todas las ciencias señalan la integralidad de la naturaleza, su sistema cerrado. La razón de estos descubrimientos es que el hombre ha comenzado a ser semejante a un sistema en sí mismo y por lo tanto puede entender mejor el mundo donde vive.

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