LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

LEY DEL DESARROLLO GRADUAL

22.8.12

! UN MOMENTO, NO SE MUEVAN !


Al discutir problemas maritales con tu cónyuge, es importante hablar honestamente, sin guardar ningún secreto o sufrir en silencio. Nosotros no “cubrimos” nuestros oídos; al contrario, permanecemos abiertos al dialogo y nos abrimos ante nuestra pareja.
Sin embargo al mismo tiempo, no hacemos un listado de fallas ni deseamos recordar lo malo. Está escrito con respecto a esas fallas: “El amor cubre todas las transgresiones”. Sólo las traemos a colación durante una conversación donde ambos hablan de sí mismos a su pareja. Como consecuencia, crece entre nosotros una “pila de basura”, y entonces necesitamos elevarnos por encima de esta. Si nos observáramos al estar en los lados opuestos de esta basura, sólo veríamos basura, no a nuestra pareja ¿Entonces qué hacemos?
Nuestra única oportunidad es elevarnos por encima de esta suciedad. Y al mismo tiempo, no hacemos promesas de por vida. Más aun, sabemos por seguro que esta pila crecerá la próxima vez que hablemos. Naturalmente, crece de un día a otro; así es la vida. Y es por eso que necesitaremos esta evaluación crítica más de una vez.
Y aun así, una vez que pongamos todo sobre la mesa, nos movemos hacia un ejercicio opuesto, elevándonos por encima de la “ropa sucia”. Yo quiero amar a mi pareja de la manera en que se presenta por encima de esta pila, donde la veo con ojos claros, libres de crítica. Hacer esto, es como si dejáramos la mesa donde toda la basura está apilada. Ahora, veo a mi esposa de manera diferente, de la manera en que la vi en el momento en que decidí atar mi destino con el de ella. Ahora quiero detenerme en mi mejor momento
cuando ella era mi absoluta perfección, y este ejercicio nos ayuda a movernos hacia adelante.
Sin embargo, no nos elevamos simplemente por encima de la suciedad. Mientras este enfoque se hace más fuerte, nos decimos el uno al otro cuán perfecta es ella y cuán perfecto soy. Es como si estuviéramos cubriendo nuestra basura con una cubierta de chocolate, pastelillos con capas de crema, helado, etc. Toda la amargura permanece dentro, pero hay unidad en el exterior: nos damos complementos el uno al otro: hablamos entre nosotros de las maravillosas cualidades de nuestra pareja, de las virtudes únicas de su personalidad. Aquí podemos hablar de las cosas más sagradas, haciéndolas parecer perfectas. Esto nos afectará a ambos para mejorar, y cambiará absolutamente todo el espectro de nuestra relación, incluyendo nuestra relación sexual.
Entonces, sí trabajamos en el nivel de la psicología y el razonamiento; tenemos una competencia de alabanzas, sin bromear, haciéndolo profundo y sincero. Alabamos las cosas en el otro que queremos revelar que son opuestas a la crítica que teníamos al principio. Esta ya no es una discusión de crítica, sino un análisis positivo. Es de esta manera que nos volvemos más fuertes en nuestras buenas intenciones en relación al otro.
Y entonces comienza el próximo estado, que es el estado práctico. Las acciones apoyan las intenciones y de alguna manera las hacen válidas. Es por esto que nos movemos a la siguiente etapa de discusión: “¿Qué querrá mi esposa de mí y qué querré yo de mi esposa?” Aquí, cada parte revela al otro sus aspiraciones: comenzando con cosas básicas, esenciales, y terminando con cosas personales e íntimas. Al mismo tiempo, tratamos de sentir los deseos de nuestra pareja, sus deseos y expectativas.
Y entonces llega el momento de actuar, y nos volvemos un todo. Y esto lleva al próximo ejercicio del que hablaremos un poco más tarde el cual es desarrollar el mismo tipo de actitud hacia todas las personas en el mundo….(85404 – De “Una Nueva Vida”, Conversación # 34 del 12 de julio del 2012)

EGO NO TE PERTENEZCO

Pregunta: ¿Cómo podemos revisar cuál es nuestra intención con respecto al Zóhar?
Respuesta: El Libro del Zóhar es la fuente de Luz que llega a nosotros si queremos usarla correctamente. Así, al estudiar libros cabalísticos, siempre evoco alguna iluminación sobre mí, pero esta llega de acuerdo a la intensidad de mis esfuerzos y disposición. Si estudio para ganar algo corporal o para ganar el próximo mundo como un privilegio personal, entonces la Luz, mediante su influencia, crea en mí una oscuridad aún mayor. Me alejo más de comprender para qué se me dio este sistema, qué tengo que hacer conmigo mismo, y cómo debo tratar a los demás. Incluso cuando leo palabras maravillosas acerca del amor y la conexión, no tengo una sensación de pertenencia, no veo la conexión y no sé cómo percibir el texto: si dejarlo entrar en mi corazón o no, esto significa que estudio como un murciélago que se alimenta por la noche y no espera el amanecer.
Pero si trato de conectarme con otros y esta es la razón por la que aprendo el método, al preservar y observar la condición para aceptarla en el Monte Sinaí anhelando junto con todos ser “como un hombre con un corazón”, entrar en garantía mutua, alcanzar el amor fraterno y a través de éste el amor del Creador, entonces la Luz comienza a hacerme avanzar. Este ya no es el camino ordinario que se supera en etapas, sino que yo comienzo gradualmente a descubrir el mal estado fragmentado en este.
El estudio egoísta oculta mi ego de mí, y yo me veo como un justo. Por otra parte, mediante el estudio correcto, descubro que estoy inmerso en el mal. Lo primero que la Luz me revela son mis atributos malvados, y yo tengo que trabajar en correspondencia. Al descubrir el mal, siento sensaciones incluso peores que antes ¿Entonces qué hago? Después de todo, de acuerdo a mi naturaleza, quiero escapar cuando me siento mal.
¿Tal vez deba dejar de estudiar y abandonar el grupo? ¿Tal vez deba sentir impotencia? ¿O tal vez debo estar feliz de que se me permitió descubrir el reconocimiento del mal? Esta debe ser una ley para mí, una invitación: Si puedo elevarme por encima de una sensación no placentera, anhelaré el otorgamiento por encima de la recepción.
Yo prefiero recibir un golpe, ya que los sufrimientos que se revelan en mi ego me muestran que no trabajo para este. Aun cuando experimento sensaciones no placenteras, las supero y apunto hacia la unidad. No escapo para endulzar lo amargo; no me cierro, no desciendo, ni dejo de estudiar. Al contrario, acepto todos los problemas que vienen de todas las direcciones en el camino para unirme con los amigos, como enviados por el Creador y que no existe nadie más aparte de Él.
Acepto todos los estados como benéficos para mi avance, no quiero anularlos y continúo estudiando para neutralizar la mala sensación. Realmente quiero esto, quiero que permanezca ya que me enfoca exactamente en la forma de elevarme por encima de ellos, por encima de la razón. Con gusto acepto todos los problemas e interrupciones, la presión de las circunstancias, las burlas externas, los diferentes sufrimientos, ya que todo ello me ayuda a enfocarme correctamente en la meta, creando tales limitaciones, tales marcos, que al trabajar dentro de ellos yo avanzo indudablemente.
Así construyo dentro de mí las vasijas de otorgamiento por encima de las vasijas de recepción. Estas continúan creciendo y sufriendo, mientras que yo, al estar un nivel por encima de ellas, quiero aferrarme a la conexión con el Creador hasta que alcance la fe completa, el atributo de Bina, y comience a usar mis vasijas de recepción con el fin de otorgar.
Pero entonces tampoco tengo intención de calmarme, ya que me he elevado a tal grado que no debe haber ningún pensamiento de complacencia. Al contrario, yo aspiro hacia arriba cada vez más e incluso estoy dispuesto a recibir placer, pero no con el fin de llenarme, sino con el fin de satisfacer el deseo del Creador.
Este es todo nuestro trabajo. A lo largo de este camino yo necesito una fuente real, un deseo egoísta que me proporcione la fuerza de otorgamiento, gracias a que supero los problemas y los sufrimientos que se revelan en este, y es claro para mí que todo esto viene del Creador.



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