
¿Qué es una “diluvio” para el grupo?
Si el grupo en su conjunto es incapaz de superar su deseo creciente, si los amigos alcanzan el odio y no pueden superarlo, significa que se están ahogando en las aguas del diluvio.
Cuando ellos sienten que se acerca el diluvio y las fuerzas que los superan (Gvurot), deben poner esfuerzos mutuos para construir un arca, es decir, para expresar el otorgamiento mutuo con el fin de ser salvados de egoísmo individual de cada persona y el odio común. Eso es exactamente lo que los autores del Libro del Zohar se sentaron a estudiar, sintiendo odio por los demás, y entonces revelaron el amor.
Todo depende de si los amigos usan la Torá o no, como estaba previsto, si construir el arca, el Kli común de otorgamiento mutuo, unidad y garantía mutua, en el cual ellos serán salvados del diluvio.
(De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 29 de Diciembre 2010, Escritos de Rabash)
El Creador es tu recompensa
Escritos de Rabash, “Qué es la inundación en el trabajo”: ¿No es esto contrario a la lógica? Nuestra naturaleza innata es el deseo de recibir placer. Si trabajamos en algo, entonces, sin duda, recibimos una recompensa por nuestras acciones.
De hecho, es imposible trabajar sin una recompensa. El Creador quiere que disfrutemos y seamos llenados. La meta de la creación es dar abundancia a Sus criaturas, y eso significa que recibimos esa abundancia. Por otra parte, tenemos que pensar acerca de cómo recibir abundancia del Creador.La única pregunta es: ¿En que Kelim la recibiremos? ¿Dentro de las vasijas de recepción o de las vasijas de otorgamiento?
Recompensa sigue siendo recompensa. Está escrito: “La recompensa por un mandamiento es conocer a quien manda”. Tenemos que conocerlo exactamente como Adám conoció a Eva, es decir, alcanzar, comprender, y sentirlo a Él. La Luz de Jojmá que recibimos es la Luz del conocimiento que llena todos nuestros Kelím.
Estamos construidos de tal manera que todo nuestro placer proviene de conocer al Creador, de alcanzar unidad y adhesión con Él. Y eso sólo es posible de acuerdo con la ley de equivalencia de forma, de acuerdo a la Luz de Jasadím, el atributo de otorgamiento que desarrollaremos dentro de nosotros por encima de la cualidad de recepción, que aparece sin cesar en nuestro interior cada vez con más fuerza.
De esta manera, tenemos todas las condiciones para construir el Kli correcto y recibir la abundancia y la recompensa en su interior. Solo debemos trabajar con él correctamente: no disfrutamos directamente, sino del hecho de que alcanzamos al Creador, Lo revelamos, y Lo conocemos, como está escrito en los profetas: “Todos me conocerán desde el más pequeño hasta el más grande”.
Tenemos que entender que nuestros Kelím, nuestra naturaleza actual es sólo una condición desde la cual tenemos que ascender a la naturaleza espiritual. Entonces, dentro de nuestra naturaleza espiritual, dentro de los deseos de otorgamiento, recibiremos toda la recompensa que esperamos obtener.
(De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 29 de Diciembre 2010, Escritos de Rabash)
¿Vale la pena creerle a los sabios?

Escritos de Rabash, “Que es la inundación en el trabajo”: Tenemos que tomarlo sobre nosotros mismos para creerle a los sabios…
Supongamos que yo estoy dispuesto a creer en las palabras de la sabiduría, pero ¿qué significa eso? ¿Entiendo las palabras de los sabios? ¿Cuál es su mensaje?
En primer lugar, no trabajamos sobre los cuerpos en la ciencia de la Cabalá. No hay cuerpos, sino almas solamente. Los cuerpos que aparecen ante nosotros son las imágenes de un mundo ilusorio.
Estoy en un deseo que se manifiesta como formas diferentes: inanimado, vegetativo, animado y humano. “Los sabios” son las almas corregidas que están en el sistema roto de Adám HaRishón. Ellos pueden ayudarme y darme apoyo, pueden ser los mentores e instructores para mi alma rota.
En consecuencia, así es como debemos aceptar sus consejos. Por ejemplo, El Libro del Zohar nos habla de los diez sabios del grupo de Rabí Shimón, así como del profeta Eliahu, de Moisés, Aarón, el rey David, el rey Salomón, y así sucesivamente. Debemos percibirlos como personas que viven en nuestro mundo, pero como deseos o almas corregidas. Ellos están en un sistema roto, que gradualmente comienza a ser restaurado de vuelta a la vida. Estas almas están ya corregidas, parcialmente o en su totalidad, y participan en la corrección de todo el sistema.
En El Libro del Zohar leo cosas como, “Rabí Shimon dijo… Rabí Abba dijo…” Para mí no son personas que alcanzan el Mundo Superior y me hablan al respecto, sino más bien, los nombres de los niveles de alcance. A través de estas palabras que yo estudio en la escalera de los grados espirituales: en un grado de realidad aparece de esta manera y otro grado de esa manera. Parece como si los cabalistas me hablaran sobre esto, pero para mí son en realidad fuerzas o vasijas de percepción.
Para mí cada sabio representa una noción espiritual, poder, fuerza, o cualidad. No miro en los nombres de los protagonistas históricos, sino los nombres de los fenómenos espirituales y niveles. Esa es la “fe en los sabios”: quiero alcanzar el mismo otorgamiento que el que está presente en los grados sobre los que he leído. “fe” es otorgamiento.
En la lección, una persona tiene que sintonizarse con esto y aspirar a entender cómo esto influirá en él. No importa sobre lo que el libro narra, quiero penetrar en la esencia espiritual de cada palabra. Esto significa que creo en las palabras de los sabios.
(De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 29 de Diciembre 2010, Escritos de Rabash)
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