En nuestro trabajo espiritual no podemos hacer nada nosotros mismos porque no sabemos cómo identificar la fuerza unificada y relacionarla con muchas situaciones en nuestra vida. ¿Con qué deberíamos sintonizarnos? Decir simplemente que el Creador está en todas partes no ayuda.Al unirnos en un único deseo, no alcanzamos esta fuerza fuera de nosotros, sino que nos revelamos a nosotros mismos y esta fuerza nos une como un todo. De hecho, no hay Luz sin una vasija (Kli), no hay Creador sin criatura. Mientras más cerca nos unamos, más revelamos al Creador dentro de nuestra unidad.
En otras palabras, nuestra unificación es el Creador. Así fue al principio de la creación, después de lo cual nos dispersamos y descendimos a este mundo en forma de pequeñas criaturas egoístas.
Por lo tanto, al unirnos estamos construyendo al Creador. Lo estamos creando de forma independiente, por lo que Él es llamado el Creador (en hebreo Bo Ré o “ven y ve”). No hay otro lugar donde nosotros podamos construirlo a Él, discernirlo a Él, unirnos y alcanzar la adhesión con Él, sino solamente dentro de nuestra unión en el grupo. Y toda la humanidad necesitará conectarse de la misma forma.
(42427 – De la Lección 8, Convención WE! del 4/3/2011)
La última gota que enciende la Luz
Tengo cierto dispositivo que ajusto y enchufo en la electricidad, pero está faltando la última gota: un poco más de mi pensamiento y deseo de que ocurra, para que el dispositivo empiece a canalizar la electricidad y comience a trabajar.
Debo anticiparme, nada más. Esto es considerado como “esperando la salvación”. Pero, debemos preparar nuestros deseos y necesidades al máximo de nuestra capacidad, de manera que ellos sean aptos para la corrección tanto como sea posible. Después de todo un deseo inmaduro no amerita corrección. Un deseo del pasado y un nuevo deseo necesitan ser utilizados o son el mismo deseo pero a un nivel superior que tampoco amerita corrección.
Todo debe suceder con la máxima precisión, y luego la Luz que Reforma viene y realiza nuestra fusión con el Creador. Esto es lo que implica nuestro trabajo.
(42476 – De la 2º parte de la lección diaria de Cabalá del 5/8/2011, El Zohar)
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