Baal HaSulam, “La esencia de la religión y su propósito” Vayan y pregúntenle a un botánico cuántas fases atraviesa la fruta desde el momento en que se hace visible hasta estar completamente madura.

El problema es que yo no veo el propósito de mi camino hacia esto; yo no siento cómo será el final de la corrección. No es por casualidad que se nos dice: “¿Por qué no se muestra a un tonto un trabajo que está a medio hacer?” En medio del camino yo no puedo ver el final.
Es claro para mí que soy un tonto puesto que no veo la plenitud final, pero ¿qué puedo hacer al respecto? ¿Qué puede exigirse de mí en este momento? Mi vida no va bien corporal o espiritualmente, todo lo que va mal en mi vida, así que ¿por qué debo justificar de repente al Creador?
Los sabios saben que la manzana está destinada a madurar, pero yo no veo nada, es amarga y eso es todo.
Esto significa que yo necesito “la fe en los sabios,” la fe en aquellos quienes ya han pasado por este camino; tengo que adherirme a un sabio, a un maestro, hasta tal punto que pueda utilizar su plenitud, sólo entonces seré capaz de justificar la creación y al Creador. Pero hasta entonces, yo no escucho lo que ellos me dicen. Sin la sensación de plenitud que se adquiere del superior, es decir del grupo y del maestro, siempre seré una astilla de madera flotando en el mar, que es arrojada por las olas de un lado a otro.
Pregunta: ¿Pero aun así, ejemplos como el de manzana o el gusano en el rábano nos dan alguna pista?
Respuesta: Estos nos calman y nos ayudan a tranquilizar nuestra conciencia: “Todo esto no es en vano; no puede ser que la naturaleza no permita que la manzana madure. Esto significa que todos nuestros sufrimientos valdrán la pena…”
Es cierto, pero esto ya es religión. Las personas está hartas de estas “conclusiones” que las calman: “Esperen, ustedes pronto alcanzarán los Cielos…”
Nosotros lo vemos de otra manera: yo quiero alcanzar ahora la plenitud, y esto sólo es posible por medio de la adhesión al grupo y al maestro. Yo necesito el resultado final ahora porque de lo contrario no daré un paso adelante.
Sin embargo, si yo no puedo usar este medio, no seré capaz de avanzar. En Shamati, artículo 25, dice: En cambio, sólo hay un consejo útil aquí, que es adherirse a su maestro y a los libros. Esto es conocido como “De boca de los libros y de boca de los autores”. Sólo adhiriéndose a ellos puede cambiar para mejorar su mente y su voluntad. Sin embargo, ninguna clase de argumentos ingeniosos le serán de ayuda alguna para cambiar su mente, sino sólo el remedio de la Dvekut (adhesión); pues representa una virtud maravillosa, ya que la Adhesión lo reforma.
En otras palabras, todos los conceptos sobre los que él construye su edificación, diciendo que uno siempre debe seguir en la senda del Creador, están fundados en la Dvekut con su maestro. Por lo tanto, si él pierde el fundamento, todos los conceptos son ineficaces, puesto que ahora ellos carecerán de fundamento.
Por lo tanto, uno no debe confiar en la mente propia, sino unirse una vez más a los libros y autores, porque sólo eso puede ayudarle, y no el ingenio y el intelecto, dado que estos no tienen vida.
(101644 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 28 de febrero del 2013, “Introducción al Libro del Zóhar”)
Nosotros avanzamos del ocultamiento a la revelación y descubrimos que ya existe. “No hay nada nuevo bajo el sol”, no existe nada que no hubiera sido creado y nada que aparezca de repente de la nada, a excepción de las revelaciones que añadimos constantemente a nuestros esfuerzos de acuerdo a nuestro avance. Abrimos la amplia imagen general que ya existe y descubrir cada vez más de ella.
Es como si fuera oscura y enciendo gradualmente la luz girando lentamente la perilla reguladora. Esta se vuelve cada vez más brillante y yo puedo ver y comprender mejor todos los detalles de la imagen.
No es una simple luz, sino la luz de la mente, la luz de nuestras sensaciones. Esta me permite penetrar en esta imagen y descubrirla, conectarme más fuertemente con ella, e influir en ella. Yo descubro el sistema que se conecta a mí. De repente veo que estoy dentro de él, incorporado en él, y no simplemente observando desde el exterior como un investigador independiente. ¡Yo vivo dentro de él!
Nosotros descubrimos que todo el mundo superior ya existe; este es todo nuestro trabajo: descubrir el mundo de Ein Sof (Infinito) como el estado corregido, eterno, verdadero. Todo lo demás son sólo sus ocultamientos de los cuales tenemos que deshacernos al elevarnos por encima de ellos.
Todos los ocultamientos son necesarios sólo para ser capaces de ajustarnos nosotros mismos gradualmente, de un nivel a otro, al mundo de Ein Sof.
(101689 – De la 3° parte de la lección diaria de Cabalá del 25 de febrero del 2013, El Estudio de las Diez Sefirot)
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