APARTE DE ÉL – NO HAY MÁS
Está escrito, "no hay más que Él", lo cual significa que no hay otro poder en el mundo que tenga la habilidad de hacer algo contra Él. Y lo que uno ve, que hay cosas en el mundo que niegan el Gobierno Superior, es porque Él así lo desea.
Y esto es considerado una corrección, llamada "la izquierda rechaza y la derecha acerca". Es decir que lo que la izquierda rechaza es considerado una corrección. Esto significa que hay cosas en el mundo, cuyo propósito desde un principio es el desviar a la persona de la vía directa y expulsarla de la santidad.
Y el beneficio de esos rechazos es que a través de ellos la persona recibe una necesidad y un deseo completo para que Dios la ayude, puesto que ve que de otra forma está perdida. No sólo siente que no progresa en su trabajo, sino que ve que retrocede, que carece de fuerza para observar la Torá y las Mitzvot aunque sea no por el bien del Creador. Que solo al sobreponerse genuinamente a todos los obstáculos, por encima de la razón, puede observar la Torá y las Mitzvot. Y no siempre tiene fuerza para sobreponerse por encima de la razón. De no lograrlo, se veria forzada a desviarse del camino al Creador, Dios no lo permita, aún que sea no por el bien del Creador.
La persona siente que las partes rotas son siempre más que las que quedan en pié, lo que significa que los descensos son más numerosos que los ascensos, y no ve un fin a esos predicamentos, y piensa que permanecerá fuera de la santidad para siempre, pues ve que le es difícil observar siquiera una pizca, a no ser que se sobreponga por encima de la razón. Pero no siempre es capaz de sobreponerse. ¿Y qué será el fin?
Entonces la persona arriba a la decisión de que nadie puede ayudarla, a no ser el mismo Creador. Esto causa que formule en su corazón una demanda sincera al Creador para que Él en persona le abra los ojos y el corazón, y la acerque de verdad a una eterna adhesión con Dios. Resulta, según lo dicho, que todos los rechazos que experimentó vinieron en su totalidad del Creador, i.e. que no ocurrió porque había algún defecto en la persona, o por no tener la habilidad de sobreponerse, sino porque esos rechazos son para aquellos quienes verdaderamente quieren asirse más cerca a Dios. Y para que tal persona no esté satisfecha con sólo un poco, es decir, para que no permanezca como un pequeño niño insensato, se le da yuda de arriba para que no pueda decir que gracias a Dios, observa la Torá y las mitzvot, y realiza buenas acciones y ¿qué más le falta?
Y precisamente si esa persona tiene un verdadero deseo, recibe ayuda desde Arriba, y le muestran constantemente cómo su estado presente no es bueno; esto es, le son enviados pensamientos y opiniones que trabajan en contra de sus esfuerzos. Esto es con el fin de que vea que no está en completa armonía con el Creador. Y mientras más se sobrepone, siempre percibe que se encuentra en una situación de mayor distancia de la santidad que las otras personas, que sienten estar en completa armonía con el Creador, mientras él siempre tiene quejas y demandas, y no puede justificar el comportamiento del Creador hacia su persona. Y eso le causa dolor, porque no está en completa armonía con el Creador, hasta que llega a sentir que realmente no tiene parte alguna en la santidad.
Y aunque ocasionalmente es despertada desde arriba, lo cual momentáneamente la revive, pronto cae de nuevo en la indolencia. No obstante, es esto le que causa que llegue a estar consciente que sólo Dios puede ayudarla y realmente acercarla a Él.
La persona debe siempre esforzarse para seguir el camino de manera que esté siempre apegado al Creador, Bendito Sea. Es decir, que todos sus pensamientos serán acerca de Él. Es decir, que todos sus pensamientos sean sobre el Creador. Incluso si se encuentra en el peor de los estados, del cual no puede haber un descenso mayor, no debe dejar Su dominio, es decir, pensar que hay otra autoridad que lo priva de entrar en la santidad, la cual tuviera el poder de beneficiar o de causar daño.
Lo que significa, que no debe pensar que es un asunto del poder del Otro Lado (Sitra Achra), que no le permite a la persona realizar buenas acciones y seguir los caminos de Dios; sino que debería pensar que todo es hecho por el Creador.
Y es como el Baal Shem Tov señaló, que el que dice que hay otro poder en el mundo, es decir, las cáscaras, se encuentra en un estado de "servir a otros dioses"; Que no es necesariamente el pensamiento de herejía lo que constituye un pecado, sino que si uno piensa que hay otra autoridad y fuerza aparte del Creador, está cometiendo un pecado.
Es más, el que dice que el hombre tiene su propia autoridad, es decir, que dice que ayer, él por sí mismo no quiso seguir los caminos de Dios, aquello también es considerado una herejía. Es decir que no cree que sólo el Creador dirige el mundo.
Pero cuando ha cometido un pecado, y debe ciertamente arrepentirse y estar triste por haberlo cometido, también debería localizar el dolor y la tristeza en el lugar correcto: en qué punto identifica la causa del pecado. Y es esa causa lo que le debe generar la tristeza.
Y la persona debe sentirse triste y decir: "he cometido ese pecado porque el Creador me arrojó de la santidad a un lugar de suciedad, al retrete, donde están los deshechos".
Quiere decir que Dios le dio un deseo y el ansia por disfrutar y respirar el aire en un lugar de fetidez. (Se puede decir, como escriben los libros, que algunas veces un hombre se reencarna por segunda vez y recibe un deseo y anhelo de obtener vitalidad las cosas que ya hubo determinado que eran un deshecho (pesolet), pero ahora de nuevo quiere recibir sustento de ellas).
Y también cuando la persona siente que está en un estado de ascenso, y siente un poco de buen sabor en el trabajo, no debe decir: "Ahora estoy en un estado donde comprendo que vale le pena ser siervo de Dios”. Más bien debe saber que ahora el Señor lo ha hallado digno y es así que Él lo ha acercado, y es por esto que ahora le halla un buen sabor al trabajo. Y debe tener cuidado para no salir nunca del dominio de la santidad, y decir que hay otra fuerza actuando aparte del Creador. (Pero esto significa que el asunto de encontrar favor en los ojos del Señor, o lo opuesto, no depende del hombre en sí mismo, sino que todo depende de Dios. Y por qué es que Dios lo ha hallado digno ahora y después no, es algo que no se encuentra al alcance del entendimiento del hombre con su mente externa). Y también cuando lamenta que el Creador no lo acerca a Él, debería tener cuidado y no lamentarse por sí mismo, por encontrarse distanciado del Creador, porque al hacer esto se convierte en recipiente en beneficio propio, y el que recibe (TN: para su propio beneficio) es apartado del Creador. En lugar de eso, debería lamentar el exilio de la Divina Presencia, es decir, el haberle inflingido pena a la Divina Presencia.
La persona debe visualizar el siguiente ejemplo: Cuando un pequeño órgano le duele a alguien, el dolor es de todos modos sentido principalmente en la mente y en el corazón, que son todo el hombre. Y ciertamente la sensación de un solo órgano no tiene co-relación con la sensación de la totalidad de la persona, donde la mayor parte del dolor es sentido.
Así también es el dolor que una persona siente cuando es apartada del Creador, puesto que el hombre es sólo un órgano individual de la Divina Presencia, por que la Divina Presencia es la totalidad de las almas de Israel. Por lo tanto la sensación de un solo órgano no se parece a la sensación del dolor en general. Es decir que la Divina Presencia está afligida porque hay partes que están separadas de ella, y no les puede dar sustento.
(Y cabe decir que ese es el significado de las palabras "Cuando un hombre se lamenta, la Divina Presencia dice: He sido distanciada de mi cabeza”) Y al sentir pena por estar distante de Dios no en beneficio propio, la persona se salva de caer en la trampa del deseo de recibir para sí mismo, lo cual causa la separación de la santidad.
El mismo principio se aplica cuando uno se siente de alguna forma cercano a la santidad, cuando está feliz de haber encontrado favor en los ojos del Creador, él debe decir que la esencia de su alegría es que ahora hay alegría arriba, en la Divina Presencia, por haber sido capaz de acercar a ese su órgano individual y por no tener que echarlo afuera.
Y es por haber logrado causarle alegría a La Divina Presencia que la persona se siente alegre. Y esto es por la misma razón que hemos explicado arriba; porque la alegría que un individuo siente, no es más que una parte de la alegría del todo. A través de esos cálculos pierde su individualidad y evita ser atrapado en las redes del Otro Lado, que es el deseo de recibir en beneficio propio.
No obstante, la voluntad de recibir es necesaria, puesto que eso es todo lo que constituye a una persona, ya que todo lo que existe en una persona aparte del deseo de recibir no es atribuido a la persona, sino al Crelador. Sin embargo, la voluntad de recibir placer debe ser corregida y transformada en una forma de otorgamiento.
Es decir, que el placer y la alegría gozadas por el deseo de recibir deben conllevar la intención de causar alegría Arriba, porque los creados sienten placer abajo. Porque ese fue el propósito de la creación: beneficiar a Sus Criaturas. Y esto es llamado la alegría de la Divina Presencia arriba.
Por esta razón, uno debe buscar consejos y maneras para causar alegría arriba. Y ciertamente, si el hombre recibe placer, la alegría debe ser sentida arriba. Por lo tanto, debería anhelar siempre a encontrarse en el Palacio del Rey, y tener la habilidad de disfrutar de los Tesoros del Rey. Y eso ciertamente causará alegría arriba. Resulta que todos sus anhelos deberían ser solo por el bien del Creador.
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