Ahora, después del congreso (mayo 2010, el congreso americano) estamos como si fuera el comienzo de una nueva etapa.
El congreso produjo un gran cambio en nosotros. También sentimos los cambios que suceden en el mundo a la luz de los últimos acontecimientos. A continuación, el mundo va a sentir cada vez más problemas.
Realmente estamos obligados a llegar a la meta final. Imagine a la humanidad como a un corredor que recibe golpes en el camino y de ellos recibe la fuerza para llegar al final. Está obligado a correr y alcanzar la meta.
Tiene un tiempo asignado para alcanzar la meta. Tiene que llegar, no tiene elección. La única elección es seguir corriendo, deseando llegar a la meta o esperar los golpes y seguir adelante, intentando escapar de
ellos
Pero existe un tercer camino: gracias a nuestra unión podemos invocar la fuerza que facilite la llegada a la meta. ¡Nos amparará en sus alas, como si fuésemos los polluelos del águila, y nos llevará hacia arriba!
El problema está en que nosotros no podemos dejar este mundo y subir solos sobre las alas de esta águila, Bina. Tenemos que mantener la conexión con todo el mundo.
¡Y cuando pensemos en todo el mundo y nos entreguemos a ellos, precisamente entonces subiremos! Tenemos esta aparente contradicción.
El mundo está justo al borde del precipicio y tenemos que ayudarlo a subir sobre las alas de águila…
(Extracto de la charla en Toronto, correspondiente al 11 de mayo 2010).
No hay comentarios:
Publicar un comentario