Si tú no quieres, no vas a encontrar nada
Publicado en abril 9, 2012 a las 8:21 pm
Debe haber una sensación del exilio, tiene que haber un sufrimiento y un dolor tan fuertes que “es mejor morir que vivir” si no puedo salir de Egipto, si no logro lo que quiero. Mi deseo tiene que ser así de grande. De lo contrario, no esto no es una vasija, no es un lugar para la revelación de lo que estamos buscando.
Al mismo tiempo, mi clamor debe ser fuerte no sólo en cantidad sino también en calidad. Tengo que saber qué anhelo en el exilio, qué quiero descubrir, qué me está sucediendo.
Así que el exilio es la preparación más seria para la redención. En el exilio yo aclaro las cosas al aclarar qué es exactamente lo que quiero y de qué manera. Esta es la razón por la que el exilio no puede ser menor a 400 años, de acuerdo a las cuatro fases que atravesamos cuando construimos nuestra vasija. Sólo al final de este proceso podemos salir del exilio y recibir realmente lo que hemos preparado. La Luz superior no tiene forma y en este momento también lo llena todo, pero no lo sentimos. Debemos adquirir las cuatro fases, una vasija completa, y entonces la Luz será revelada.
Así que no se trata de 400 años, sino realmente de las cuatro fases completas de la construcción de nuestra vasija. Las formas que desarrollamos en ella dependen totalmente de cada uno de nosotros. Por supuesto, recibimos el estímulo inicial desde Arriba, como está escrito: “El Creador pone la mano de la persona sobre el buen destino y le dice, tómalo”. Pero posteriormente, el destino de la persona está en sus propias manos.
(74644 – De la 3º parte de la lección diaria de Cabalá del 4/6/12, Escritos de Rabash)
El final de la esclavitud en Egipto está cerca
Publicado en abril 9, 2012 a las 8:09 pm
Estamos acercándonos al éxodo del exilio, sólo cuando empezamos a entender que estamos en él. “El exilio” simboliza mi percepción de todo lo que he recibido en mi deseo de recibir, como algo sin valor y sin importancia. Todo lo que está en mi ego pertenece al “Faraón“, y yo estoy autorizado a recibir sólo lo necesario.
Esto no significa que yo tenga que limitarme de todas las maneras posibles, como un monje que vive en el desierto. Yo simplemente no veo nada material como algo muy importante, y lo acepto como necesario para mi existencia. Toda mi vida está dedicada a adquirir el amor por el Creador, el atributo de otorgamiento en general, a través de la conexión con los demás.
Si la persona tiene tal necesidad interna y está incluida en el grupo, ella mismo comienza a dirigirse correctamente, lo cual significa odiar todo lo que recibe en su ego, tratando de estar satisfecha con lo esencial. Al mismo tiempo el Faraón la soborna y se lo da todo. Esto significa que construye hermosas ciudades para su ego, Pitón y Ramsés.
Ella siente que en relación a la intención para otorgar, en la cual quiere estar en sus pensamientos y su corazón, está en el exilio, porque no tiene facultades para otorgar. Entonces siente que tiene quejas hacia el Creador, por no ayudarla a salir del exilio, lo que significa que Él no la deja ser quien otorga.
Pero, entre tanto, el deseo de la persona es muy pequeño y tiene que atravesar 400 años en el exilio. Esto significa que ella tiene que aumentar su deseo, hasta que realmente quiera otorgar.
Todo nuestro trabajo en el exilio en Egipto se encuentra en el grupo en el que todos nos fortalecemos y recibimos de los demás la grandeza de la meta, el otorgamiento puro, y la nimiedad y mezquindad de nuestro estado actual en el que es imposible adquirir el otorgamiento mutuo. Desde el punto de vista espiritual, este es muy malo.
Así, la persona comienza a percibir correctamente el término “exilio”: el exilio se refiere al otorgamiento, a la habilidad de otorgar, y de esta manera siente realmente que está en el exilio en Egipto. Hasta que ella alcance un estado en el que no puede soportarlo más. Entonces comienzan las “diez plagas de Egipto”.
Una “plaga” o un golpe, simboliza el hecho de que se te ofrecen diferentes cosas corpóreas buenas, pero en la espiritualidad no recibes nada, y la persona siente esto como un golpe.
Ella siente el endurecimiento del corazón, y siente que los deseos corporales siguen creciendo. Ella no tiene otra opción. Entiende que el deseo egoísta continuará creciendo y confundiéndola, distrayéndola y llamando su atención sobre diferentes objetivos corporales, diferentes aclaraciones en el grupo, para que supere el ego corporal por medio del contacto con los amigos. Sólo de ellos puede ella aprender a apreciar más el camino y la meta de la creación, la grandeza del Creador, y la mezquindad del llenado egoísta.
Uno puede recibir todos estos valores sólo de la sociedad, del entorno. Entonces, a pesar de las dificultades e interrupciones, ella aun se adhiere al grupo por encima de sus sentimientos y su mente, porque sólo en esta encuentra la protección y salvación. La persona entiende que de lo contrario está perdida. Entiende eso sólo cuando mira por encima del deseo egoísta, porque desde el punto de vista del ego, la situación podría ser maravillosa y podría traer conocimiento y otros beneficios.
Cuando ella interpreta toda la situación correctamente, descubre que se enfrenta a Faraón. Esto se deriva de diversas razones, atributos, e intentos que acumula durante los 400 años de exilio en Egipto: las cuatro fases que ha atravesado en cada uno de sus deseos de recibir en las que elevó el anhelo del otorgamiento por encima de estos, lo cual es llamado ” fe encima de la razón”.
El paso por estas cuatro fases es llamado “el tiempo de preparación”. Y cuando está a punto de terminar, se revela una fuerte resistencia al ego llamada las diez plagas de Egipto, la oscuridad. Estas son aclaraciones y revelaciones finales que realmente ayudan a la persona a salir de la esclavitud a su ego.
Gracias a ellas la persona se hace más fuerte y finalmente escapa en la oscuridad, en la noche, sintiéndolas en su deseo de recibir con un punto que lo guía, llamado “Moisés”. Así, ella eleva su ego y logra la redención.
(74637 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 4/5/12, Shamati)
La individualidad y la comunalidad
Publicado en abril 9, 2012 a las 8:00 pm
Pregunta: Lituania es un país pequeño. Somos solamente 3 millones de personas. Nosotros protegemos fuertemente nuestra mentalidad cultural, nuestro lenguaje nativo y las raíces étnicas. ¿Es esto lo que nos incumbe, nos disolveremos nosotros en el mundo si aumentamos la integración con él?
Respuesta: Yo te entiendo perfectamente. Yo viví en Lituania unos años atrás cuando se sentía la fuerte presión de su gran vecino Rusia. Yo entiendo tu preocupación por tu gente, por la nación, por la identidad y por la identificación.
Sin embargo, nosotros estamos hablando acerca de la necesidad de sentirse uno mismo no como un individuo, separado, opuesto, odiado, alejado del prójimo, sino por el contrario, sentir que tenemos en común con todo el mundo. Nosotros hablamos acerca del hecho de que el hombre es una parte del mundo común y debe funcionar en acuerdo a esto, como un pequeño órgano en un mismo organismo unificado.
Los diferentes órganos del cuerpo, el corazón, los pulmones, los riñones, el hígado, cada uno de ellos funciona en su dirección pero todos ellos en conjunto obedecen una ley fija, y es por eso que el cuerpo vive. Ocurren muchos procesos opuestos dentro de este pero todos ellos están sin embargo coordinados por una gran acción que los controla.
Es por eso que avanza el movimiento integral, el cual hará que nosotros, el mundo entero, sea global y que no niegue de manera alguna la individualidad de la persona, de un país, de una nación o de una sociedad. ¡De ninguna manera!
La individualidad permanece, como permanece la unicidad de cada célula o de cada órgano en el cuerpo, pero esto es debido a que ellos armonizan con el resto del cuerpo, y entonces el cuerpo vive.
Por lo tanto nuestro planeta Tierra también tiene la oportunidad de existir, y a su vez lo hace cada pueblo, cada nación, cada estado dentro de él, teniendo su propia cultura, sus costumbres, sus organizaciones y así sucesivamente.
A menudo escucho que surge el miedo en las personas: “¿Debo anularme completamente? ¿Es como si yo no existiera? ¿Debo darme por completo a los demás y a la sociedad? “
¡No, de ningún modo! ¡Y lo mismo vale para un país o una nación, conserva todo lo que tú tienes!
Cuando tú trabajas en la integración, entonces creas una sociedad normal, saludable en su interior, y por fuera de ti entras en contacto con todos los demás con buena voluntad.
Como el corazón y los pulmones, ellos son diferentes pero trabajan en sociedad entre sí con el fin de apoyar a la totalidad del organismo. Lo cual significa la dirección integral, la unidad, no se la lleva a la nivelación o a la anulación de la individualidad.
(74588 – De una lectura en la Universidad de Šiauliai, Lituania del 3/22/12)
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